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Un estudio publicado en la revista Clinical Infectious Diseases por parte de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo, señaló que las personas quienes hayan tenido dengue en el pasado tienen el doble de posibilidades de desarrollar síntomas de COVID-19.
Los resultados del estudio se basaron en un análisis de muestras de sangre de 1,285 habitantes de Mancio Lima, una pequeña ciudad en el estado de Acre, región amazónica de Brasil. El investigador principal, Marcelo Urbano Ferreira, profesor de Ciencias Biomédicas y coautor del estudio, afirmó que existe una estrecha relación entre ambas patologías.
A este fenómeno Urbano Ferreira le llamó sindemia, es decir, una interacción sinérgica entre dos enfermedades epidémicas. "Por un lado, el COVID-19 ha obstaculizado los esfuerzos para controlar la chikunguña, por otro, el coronavirus parece aumentar el riesgo para aquellos quienes fueron víctimas del dengue".
Asimismo el estudio mostró que el 37% de las personas analizadas había contraído dengue antes de noviembre de 2019 y el 35% de esa cifra fue infectada por el virus SARS-CoV-2. También se analizaron los datos clínicos (síntomas y resultados) de los voluntarios asintomáticos y sintomáticos cuyo resultado fue positivo al COVID-19. "El estudio fue claro, personas con antecedentes de haber contraído dengue, son más propensas a tener síntomas si están infectadas por COVID-19", puntualizó Urbano.
Las causas del fenómeno descrito en el artículo no están del todo claras, ya que puede haber una base biológica para ello. Sin embargo, los anticuerpos para poder erradicar el virus del dengue de alguna manera exacerban al COVID-19. Además, puede deberse a otros factores sociodemográficos los cuales hacen que ciertos sectores de la población sean más vulnerables a ambas enfermedades por diversas razones.
Según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue es causado por uno de cualquiera de cuatro virus relacionados con la enfermedad (chikunguña 1, 2, 3, 4,). Por esa razón, cualquier persona sin importar su origen puede infectarse con el virus en múltiples ocasiones durante su vida.
En tanto, el COVID-19, a grandes rasgos, es una enfermedad respiratoria causada por un coronavirus llamado SARS-CoV-2. Además, hasta ahora no está claro si los anticuerpos que crearon la infección pueden brindar protección contra otra nueva cepa de COVID-19.
Si bien, los resultados evidencian la importancia de reforzar tanto las medidas de distanciamiento social introducidas para contener la propagación del SARS-CoV-2. También es cierto que controlar el dengue es clave para que ambas epidemias sí se están produciendo al mismo tiempo y los gobiernos internacionales tomen cartas en el asunto.
