.gif)
El panorama demográfico de Japón está experimentando cambios importantes, lo que llevó a una adaptación en la industria de los pañales. La empresa Oji Holdings anunció que su filial, Oji Nepia, dejará de fabricar pañales para bebés en septiembre de este año, centrándose en cambio en la producción de pañales para adultos. Un movimiento que refleja la creciente demanda de productos para personas mayores en un país donde el envejecimiento de la población y las bajas tasas de natalidad son problemáticas preocupantes.
La decisión de la empresa de poner fin a su negocio de pañales desechables para niños coincide con una tendencia observada en los últimos años, con las ventas de pañales para adultos superando a las de bebés. Este cambio demográfico se ve respaldado por cifras alarmantes, por ejemplo, en el 2023, Japón registró la cifra de nacimientos más baja desde el siglo XIX, con un descenso del 5.1 % respecto al año anterior.
Los datos demográficos revelaron una realidad preocupante para Japón, puesto que el número de matrimonios está disminuyendo, mientras que las tasas de divorcio están aumentando. Además, el país se enfrenta a una creciente proporción de personas de edad avanzada, con una de cada 10 personas superando los 80 años y una población de 65 años o más que representa el 29.1 % del total, la más alta del mundo.
Entre las razones detrás de la baja natalidad en Japón está el alto costo de vida, la falta de apoyo para el cuidado de los niños, el cambio de actitud hacia el matrimonio y la familia, así como la dependencia social de la familia para el cuidado de los adultos mayores. Por su parte, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, advirtió sobre las consecuencias de esta crisis demográfica, destacando que el país está al borde de no poder mantener sus funciones sociales.
.jpg)
Además de las implicaciones sociales y económicas, la baja natalidad en Japón también dio lugar a otro fenómeno preocupante conocido como el "kodokushi" o "muerte solitaria". Este término se refiere a personas que viven solas y mueren sin ser descubiertas durante semanas, meses o incluso años, una problemática que genera preocupación tanto a las autoridades como a la sociedad japonesa.
