La joven Mvuleni Fan caminaba rumbo a su casa en Johannesburgo, Sudáfrica, luego de un entrenamiento de futbol soccer, cuando de un callejón oscuro salieron cuatro hombres que la agredieron, la golpearon y abusaron sexualmente de ella diciendo: "después de todo lo que vamos a hacerte, vas a ser una mujer de verdad y nunca volverás a actuar de este modo".
La violaron de forma tumultuaria y en repetidas ocasiones, golpeándola y dejándola sin sentido. A la mañana siguiente, la joven volvió en sí, y con dificultad pudo llegar a su casa, donde contó a sus padres lo sucedido.
El anterior caso es típico en la nación sudafricana. Forma parte de una ola de ataques contra mujeres lesbianas conocidas como “violaciones correctivas”, pues los agresores se amparan bajo la preferencia sexual de la víctima y aseguran que pretendían “curarle” su homosexualidad.
Sin embargo, el caso de Mvuleni fue distinto, porque, a diferencia de lo que suele ocurrir en 24 de cada 25 violaciones en Sudáfrica, su historia sí llegó a los tribunales, donde luego de un juicio dos de sus atacantes fueron condenados a 25 años de cárcel, aunque los demás siguen en libertad.
No obstante, organizaciones sociales denuncian que casos como este se repiten a diario y el fenómeno de la “violación correctiva” aumenta drásticamente en el país africano.
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