Bolivia, acéfala y semiparalizada tras la caída de Evo Morales

Bolivia, acéfala y semiparalizada tras la caída de Evo Morales

Foto: Xinhua

Bolivia despertó este lunes acéfala y semiparalizada, tras una noche de caos y violencia que siguió al golpe que derrocó al presidente indígena Evo Morales y el vacío emergente de la renuncia sucesiva los tres primeros en la línea de sucesión constitucional.

 

"Si tengo las condiciones, asumiré la Presidencia, lo haré por el país y por todos los bolivianos, pero si se decide otro camino que decidan los movimientos que llevaron adelante todo esto, también lo aceptaré", dijo la parlamentaria opositora Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado.

 

Áñez saltó al primer lugar en la línea de sucesión por las renuncias del vicepresidente Álvaro García, anunciada junto con la de Morales, y de la presidenta y el primer vicepresidente del Senado, Adriana Salvatierra y Rubén Medinaceli, respectivamente, los tres del partido que salió del Gobierno.

 

Al celebrar la caída de Morales, el líder del movimiento cívico, Luis Fernando Camacho, demandó en la tarde del domingo la renuncia de "toda la cadena de sucesión presidencial" para dar paso a una "Junta Provisional de Gobierno" que convocaría nuevas elecciones, y llamó a continuar las protestas hasta lograr ese objetivo.

 

Horas después, una ola de vandalismo, que los medios y vecinos en las redes sociales atribuyeron a "hordas del MAS", golpeó a varios barrios de La Paz y El Alto, donde se denunciaron ataques y quema de una docena de viviendas de líderes de la insurrección, incluida la casa del rector de la universidad pública de La Paz, Waldo Albarracín.

 

También se registraron saqueos a locales comerciales de la zona residencial de La Paz y un ataque incendiario que destruyó al menos 15 buses del servicio municipal de transporte a un estacionamiento.

 

Previamente, grupos opositores habían incendiado las casas de un ministro y tres gobernadores departamentales del partido de Morales.

 

A los paros cívicos en la mayoría de las ciudades bolivianas, que seguían parcialmente bloqueadas, este lunes se sumó la paralización de casi todo el transporte urbano y de larga distancia, dispuesto según los dirigentes del sector -la mayoría afines a Morales- por razones de seguridad.

 

La Plaza Murillo de la capital, frente a la cual están los palacios de Gobierno y Legislativo, seguía sin protección policial y tomada por parte de los movimientos cívicos que encabezaron la insurrección.

 

En La Paz tampoco funcionaba la red de teleféricos, paralizada "hasta nuevo aviso" debido a "falta de garantías y el potencial riesgo de seguridad", de acuerdo con lo que explicó la empresa estatal en un comunicado.

 

Casi todas las vías entre La Paz y la ciudad vecina de El Alto estaban bloqueadas, secuela de las últimas manifestaciones de vecinos alteños en respaldo a Morales, mostraron canales de televisión.

 

Los aeropuertos internacionales estaban operando, pero con actividad reducida por cancelaciones de vuelos decididos por las aerolíneas, informó la Dirección de Aeronáutica Civil.

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