Berlinale, asilo para los censurados

Berlinale, asilo para los censurados

Foto: Xinhua

La Berlinale reanima desde este 20/02/20 las esperanzas del mundo del cine sobre un concurso intransigente y sin reservas.

 

El festival celebra su 70ª edición con nueva dirección, tras críticas por parcialidad y la línea pro-Hollywood de lo que al inicio se proclamaba un "escaparate de mundo libre".

 

Se creó en el remoto año de 1951, a principios de la Guerra Fría y en una Berlín dividida, como una plataforma del intercambio cultural.

 

Lamentablemente, en los últimos años la Berlinale iba perdiendo su antiguo prestigio y entró en una crisis sistémica que provocó la indignación del olimpo cinematográfico alemán.

 

A finales de 2017, 79 directores estrellas de Alemania exigieron en una carta abierta una renovación total del festival, criticando la labor de su compatriota Dieter Kosslick, que estuvo al frente del certamen por casi dos décadas.

 

Según el nuevo director artístico, el italiano Carlo Chatrian, el concurso ofrece este año "una sala a la diversidad".

 

ARTISTA INDOCUMENTADO

 

Una de las mayores interrogantes del festival fue ver hasta el último momento si el maestro iraní de dramas sociales, Mohammad Rasoulof, presenciaría el estreno de su película 'Sheytan vojud nadarad' (There Is No Evil).

 

El mismo director, de 48 años, acaba de informar que no: las autoridades de Irán se han negado a devolverle el pasaporte, retirado en 2017 justo después de su glorioso regreso del Festival de Cine de Cannes. Entonces su cinta 'A Man of Integrity' ganó el galardón a la mejor película en la sección Un Certain Regard.

 

"Me prohíben salir de Irán desde hace casi dos años y medio", comentó hoy Rasoulof a The Hollywood Reporter.

 

El cineasta también fue sentenciado a un año de prisión por "difundir propaganda" contra la República Islámica, condena que todavía queda sin cumplir.

 

VOZ DE RUSIA

 

El ruso Iliá Khrzhanovski llegó a Berlín con su película 'DAU. Natasha', a pesar de que fue prohibida para el estreno en Rusia por "pornografía". La historia contiene un episodio en el que una empleada de una cantina soviética fue violada durante una interrogación en el KGB.

 

Khrzhanovski presentó la semana pasada una demanda contra el Ministerio de Cultura para reconocer como ilegítimo el embargo a su cinta.

 

Mientras, los organizadores de la Berlinale destacan el valor de la obra: "incluso aquellos que no saben nada sobre el proyecto DAU de Iliá Khrzhanovski, una simulación a gran escala del sistema totalitario bajo Stalin y en los tiempos posteriores, podrán reconocer las dimensiones artísticas y políticas de DAU".

 

El documentalista Andréi Griázev presenta 'Kotlovan', una mezcla de cientos de videos de YouTube en los que los rusos se dirigen directamente a Putin, con peticiones o críticas.

 

En general, este año el tema de Rusia está representado a una escala inhabitualmente amplia.

 

El director estadounidense David France, por ejemplo, se enfocó en un escándalo que se desató en 2017 tras publicaciones sobre la violación de los derechos de homosexuales en Chechenia.

 

También compite por el Oso la distopia ucraniana 'Nomery', cuyo guion escribió el director Oleg Sentsov mientras cumplía prisión en Rusia, por encima del círculo polar ártico.

 

"Es una historia universal y en 10 años no ha perdido actualidad, no es una historia de Rusia, sino de cualquier sociedad; todas las revoluciones son parecidas", comenta el cineasta. (Liana Chokua)

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