¿Quién nos está convirtiendo en Venezuela?

¿Quién nos está convirtiendo en Venezuela?

El 11 de abril de 2002, un grupo de militares secuestraron a un presidente elegido democráticamente, con ello consumaban un golpe de estado orquestado por las cámaras empresariales y los medios de comunicación. ¿Por qué es conveniente recordar ahora estos sucesos? No sólo porque se cumplieron 18 años, sino porque en estos momentos se configura una situación similar y es urgente evidenciarla y detenerla.

 

La llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela puso fin a las políticas neoliberales que habían empobrecido a la población del país con las mayores reservas petroleras del continente. El camino de reformas se llenó de obstáculos cuando, por obvias razones, se trastocaron los intereses de los grupos más poderosos; mientras el pueblo vivía en una realidad de optimismo, los oligarcas vivían en otra realidad, de descontento y odio. Más temprano que tarde, se confrontaron las realidades.

 

Desde enero de 2002 un grupo de empresarios se empezó a reunir con la consigna de obligar a Chávez a seguir un programa de gobierno que ellos mismos diseñaron. Chávez no sólo se rehusó, sino que aceleró los cambios; en febrero modificó la dirección de Petróleos de Venezuela (PDVSA) para poner en marcha políticas redistributivas. Los grupos empresariales también aceleraron sus planes.

 

Con los medios de comunicación más importantes de Venezuela, los empresarios construyeron una “matriz mediática internacional” para divulgar información falsa sobre el país y que se reprodujera a nivel local y mundial para generar una opinión pública adversa al gobierno. Este tipo de herramientas políticas hoy se encuentra ampliamente estudiada desde diversas disciplinas científicas. En radio, televisión y los principales periódicos se entregaban diariamente cortes de noticias tendenciosas, burlas y discriminación. Se usaron a actores y actrices, figuras del espectáculo y del deporte, “académicos e intelectuales” que discutían la salud mental del presidente, la capacidad de su gabinete o dibujaban escenarios catastróficos para difundir miedo.

 

En el mes de marzo la Confederación de Cámaras Empresariales (Fedecámaras) y la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) llamaron a un “Acuerdo Nacional” que Chávez se negó a firmar porque significa el abandono de las políticas sociales hacia los más necesitados. Los medios asumieron, entonces, el papel de partidos de derecha y arreciaron las protestas. Se convocaron a marchas donde asistían los representantes de las clases altas y al toque de cacerolas exigían la salida de Chávez a quien acusaban de dictador, tirano, represor e incompetente. Los medios exacerbaban las marchas con fotos falsas, ridiculizaban al gobierno con declaraciones cortadas o tergiversadas. Chávez sólo tenía una forma de desmentirlo en un programa sabatino “Aló, presidente”, en dónde se comunicaba directamente con el pueblo.

 

El 11 de abril se montó un espectáculo televisivo: en una manifestación de opositores, los oligarcas contrataron a sicarios que vistieron con playeras de los “Círculos Bolivarianos” para disparar a la población y fingir una represión del Estado. Con mucha agilidad los medios empezaron a difundir las imágenes y a culpar a Chávez. En total murieron 19 personas.

 

El 12 de abril la televisión difunde una carta con la renuncia de Chávez y proclaman como presidente al millonario Pedro Carmona Estanga, presidente de la cámara empresarial. La juramentación se dio en el salón Simón Bolívar del palacio de Miraflores, donde curiosamente quitaron el retrato de Bolívar, emblema del chavismo. De inmediato se dictaron tres medidas: a) se disolvió el congreso y los demás poderes, los gobiernos locales y representantes diplomáticos; b) se anularon las leyes antineoliberales de soberanía energética y del reparto agrario; c) se derogó la Constitución de 1999. Así, todo el poder recaía en Carmona Estanga que mientras daba un discurso de “paz y reconciliación” reprimía al pueblo.

 

¿Qué parecidos encontró? Desde antes del triunfo de Andrés Manuel lo han acusado de convertirnos en “otra Venezuela”, pero ¿no son los que lo acusan los que realmente nos están llevando a esa vía? Pareciera que la oposición en México sigue los mismos planes que la oligarquía venezolana. Ya está montada la matriz mediática y se ha puesto al descubierto el plan de la cúpula empresarial: quieren que “López obedezca o se vaya”. Diariamente se difunden noticias falsas por televisión, radio, periódicos y por redes sociales en internet. Contribuyen personajes de la farándula y pseudo intelectuales, aunque luego sean desmentidos el propósito se va logrando: difundir miedo para desestabilizar.

 

La siguiente gráfica muestra el porcentaje de usuarios de redes sociales que recibieron noticias falsas. Es un estudio del investigador Luis Ángel Hurtado de la UNAM. Se observa que se difunden más en Instagram y Whatsapp que en Twitter, seguramente porque en esta red social el intercambio de información es más ágil para desmentir una noticia.  

 

Elaborado con datos de Hurtado, 2020

 

¿Qué puede pasar? El 13 de abril de 2002, a pesar de la represión, el pueblo salió masivamente a las calles a desmentir a los medios: Chávez no había renunciado y se encontraba secuestrado. Bajaron de los cerros los más humildes, el pueblo descalzo, el “pata en el suelo”, los vilipendiados y burlados que veían en Chávez su esperanza, con un grupo de militares leales se organizaron, tomaron Miraflores y fueron a rescatar a Chávez a una base naval. El plan golpista fracasó, Chávez siguió su programa antineoliberal y, apoyado por los pobres, declaró a la revolución socialista.

 

Así es que la oposición debe cuidar sus pasos, porque “todo 11 tiene su 13”. Si ellos tienen un plan para derrocar a Andrés Manuel, los más pobres responderán y se radicalizarán. Corresponde a todos los que queremos el respeto a la democracia y la libertad exigir que los medios de comunicación cesen esa “matriz de falsas noticias” de lo contrario exigimos al gobierno actuar en consecuencia y castigar a los desestabilizadores.

 

*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

Twitter: @BandalaCarlos