Nos gobierna el peor, en el peor momento

Nos gobierna el peor, en el peor momento

En 10 años, los libros de historia recordarán este 20 de abril como el inicio del fin, de la ruptura de un modelo económico basado en los combustibles fósiles.

 

Empresarios con la visión de Elon Musk redirigirán proyectos, investigación e inversiones a las energías renovables y entonces el modelo económico del mundo cambiará.

 

Pero eso no pasará en México, porque en uno de nuestros peores momentos de nuestra historia nos gobierna el peor.

 

No es exageración. La caída de los precios del petróleo hasta menos -37.63 dólares, representa la necesaria modificación de la industria petrolera.

 

Hay derivados del petróleo que se mantendrán debido al consumo, pero se agota su uso como combustible.

 

Sin embargo, en Palacio Nacional no entienden. El presidente Andrés Manuel López Obrador está convencido de que hay que inyectarle más dinero a Pemex y construir Dos Bocas.

 

Desconoce lo que ocurrirá.

 

Y lo que se viene es la peor de las tormentas:

 

La caída de los precios del petróleo le pega directamente a México. Un 4 % del Producto Interno Bruto del país depende del petróleo, pero eso no es lo más grave, sino que es el Gobierno Federal el que sostiene a la paraestatal con todo y deudas.

 

Dicho de otra forma, Pemex aportaba -hablamos en pasado, por lo que ocurrió hoy- un 4 % del PIB, pero ahora la Federación tendrá que invertir en su rescate para que esa empresa no sea liquidada.

 

Tendrá también que destinar recursos a la colocación del crudo que se va a regalar -sí, literalmente- y, por si fuera poco, todavía los mexicanos tendremos que pagar una refinería.

 

Orgullosa, Rocío Nahle celebraba que la caída de los precios del petróleo confirman la necesidad de edificar Dos Bocas y con ello tener soberanía energética.

 

En el cenit de la crisis histórica del petróleo, la secretaria de Energía le apuesta a los combustibles fósiles.

 

Pemex es un lastre en la actual coyuntura. Su caída acelera la destrucción de la economía nacional.

 

El coronavirus sigue cobrando vidas y apenas está por comenzar la saturación de hospitales por pacientes graves.

 

La economía se contraerá hasta en 8 %, según diversas proyecciones, algunas indican que esta caída será hasta de 10 %. Si cada punto porcentual representa 200,000 empleos, hablamos de dos millones de mexicanos sin trabajo.

 

Sin trabajo no hay consumo, no hay viajes y por ende no hay compra de combustible. Esa es una de las razones de la crisis energética, nadie está comprando y el almacenamiento también cuesta.

 

Sin plan ni estímulos para sortear estos problemas, y aun con una inseguridad creciente -este abril es el mes más violento de la historia reciente de México-, luce poco probable un escenario optimista.

 

Pero a pesar de ello, aun con el peor presidente y bajo una terrible ideologización del gobierno, Morena repetirá en las elecciones.

 

Repetirá porque la oposición nunca trató de identificarse con las causas populares. Repetirá porque la oposición no pudo poner sus diferencias de lado. Repetirá porque no hay un mensaje estructurado ni una voluntad de convencer a los mexicanos de que la ruta de desarrollo está errada. Repetirá porque Felipe Calderón, impresentable, sigue siendo uno de los líderes de la oposición.

 

Pero, sobre todo, repetirá porque en su simplicidad Andrés Manuel López Obrador sabe que se puede lucrar electoralmente con la pobreza, una estructura clientelar de intercambio de favores que, hay que destacar, no creó el tabasqueño sino el PRI y mantuvo el PAN desde hace décadas.

 

Al mexicano se le ha enseñado que el voto se vende.

 

Sí, AMLO es el peor, pero los mexicanos le ayudamos a construir esta pesadilla.

 

Y esta pesadilla no se va a ir, mientras sus programas clientelares le asistan y mientras no haya una solidaridad entre la oposición al régimen.