Por esta razón AMLO no da “chayote”

Por esta razón AMLO no da “chayote”

No es la incompetencia, incluso no es la falta de conocimientos lo que está destruyendo a México. Lo que realmente está ocurriendo es que detrás de los graves errores presidenciales está la tiranía de las ideologías.

 

Las ideologías están para formar grupos, como ocurrió desde el principio. La pertenencia al grupo es la necesidad que se crea: "yo me identifico con lo que opina toda esta gente, yo soy así y me visto así y me diferencio del que no es de este grupo".

 

Las ideologías tienen tanto poder que se adueñan de la política, donde están las decisiones de organización de la humanidad. No importan las ideas, lo importante es que el grupo esté en el poder y la construcción de identidad de este grupo a través del establecimiento de postulados que se convierten en dogmas.

 

Sin ideologías, por ejemplo, las decisiones de orden económico serían tomadas de mejor manera, basándose más en modelos matemáticos que en “valores de ideología”.

 

Pero es la ideología "Cuatroté" la que alaba una supuesta imparcialidad y combate al "chayo" por parte de López Obrador, cuando lo único que está haciendo es decidir invertir más en su campaña de tierra que en si campaña de aire.

 

El periodismo no es imparcial y sí es subjetivo. El periodismo, el buen periodismo, debe buscar la verdad, pero también -y fundamentalmente- es un negocio.

 

Tan es verdad que Enrique Peña Nieto fue corrupto e incapaz, en muchos aspectos, así como Felipe Calderón destruyó la endeble paz y nos metió en una guerra criminal. Pero igual es de cierto que Andrés Manuel López Obrador no tolera la crítica y está tomando decisiones aún peores que las de sus antecesores.

 

Y no es el “chayo”, mis queridos amigos, lo que diferencia a los expresidente de Andrés Manuel. Siempre el "uso del chayo" es una simplificación de la realidad. Y vaya que es compleja la realidad de los medios.

 

¿Qué es más nocivo, un presidente “quejoncito” o un presidente “chayotero”?

 

Creo que AMLO es ambos. Paga convenios a youtubers y medios más pequeños, en lugar de los enormes convenios para las televisoras. Y no para todas, ahí está el caso de Grupo Salinas.

 

El dinero destinado a este fin forma parte de la estrategia política de cada gobernante. López Obrador tiene una ruta clara: mantener a Morena en el poder. La oposición tiene otro objetivo, regresar al poder. Cada parte utilizará los elementos de la guerra comunicacional que crea necesarios.

 

Pero, por ejemplo, López Obrador y su equipo coinciden en invertir menos a la campaña de aire y más a la de tierra. El que la mayor parte de los fondos de las finanzas públicas se destinen a programas clientelares dice mucho de qué prefiere, como político, el presidente: tierra, tierra y más tierra. Así, no solo es resentimiento a quienes le criticaron, es estrategia: mejor gasto en quienes me apoyan y que cuestan muchísimo menos y, al menos en la red, alcanzan a más personas.

 

Entonces, el hecho de que desestime el gasto en medios de comunicación no obedece a una cruzada valiente contra “el Chayote”, es más bien que él ha decidido concentrar en la campaña de tierra su principal esfuerzo.

 

Más aún sabiendo que ganó la elección sin el apoyo de los medios de comunicación tradicionales, López Obrador confía en utilizar el dinero público para los programas de puerta en puerta antes que a la inversión en materia de imagen y comunicación.

 

Lo de AMLO no es un asunto de un presidente anti chayote, o simplemente la ausencia de contratos, sino que la caída en los convenios de medios y la desestimación del presidente a estos radica en la convicción que él tiene de que, para mantenerse en el poder -él o como grupo-, debe invertirse cada peso del erario en campañas de tierra, tierra y más tierra.

 

Así fue como ganó, recorriendo el país. Pero ahora lo hará con insumos para regalar.