Situada en el punto más alto de Estambul, Santa Sofía es la imagen más característica de la metrópoli turca, y con 1,500 años de existencia ha sido lugar de culto tanto para cristianos ortodoxos, católicos como para musulmanes.
Hasta hace pocos días Santa Sofía de Constantinopla, como originalmente se le conoce, era un museo secular que recibía miles de visitantes cada año. Su construcción comenzó durante el mandato de Justiniano entre los años 532 y 537, y es considerada una de las obras maestras del arte bizantino.