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Aunque el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha centrado en el combate a la corrupción, en estos momentos no se ve un avance claro al respecto, sobre todo por lo sucedido con peces gordos que tienen mucha cola que les pisen.
El mandatario ha prometido que en su gobierno no hay espacio para la impunidad y todos los que hayan cometido un delito serán castigados, algo que hasta el momento no se ha cumplido por completo.
Ejemplo es que algunos personajes ligados con acciones fuera de la ley han logrado amparos para librar la cárcel y seguir disfrutando de su muchas veces inexplicable riqueza.
Un caso de estos es el de Guillermo Álvarez Cuevas, quien es perseguido por la Interpol por diversos delitos. Sin embargo, en los últimos días una jueza federal determinó que sus cuentas fueran desbloqueadas.
Lo anterior debido a que la orden de congelarlas por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) no obedeció a una petición expresa de un organismo internacional, como esta dependencia había afirmado.
De esta manera, “Billy” Álvarez puede acceder a sus cuentas en los bancos Santander, BBVA Bancomer, FINAGAM, Sociedad Cooperativa de Ahorro, Préstamos de Responsabilidad Limitada de Capital Variable y HSBC.
Lo anterior se suma a la incapacidad de las autoridades de atrapar a Mario Marín Torres y Kamel Nacif, que hace unas semanas también lograron ampararse contra la orden de aprehensión en su contra, algo que resulta inexplicable.
Aunque se menciona que se pondrá en circulación una nueva orden de aprehensión contra Marín y Nacif, lo cierto es que todo esto pinta a que se lleve un estira y afloja que nunca permitirá ver a Mario Marín tras las rejas.
Si a todo esto le sumamos el caso del “testigo” protegido Emilio N, nos queda evidencia suficiente que el combate a la corrupción en México se ha quedado en el discurso.
