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Debido a la escasez de camas y personal médico en los hospitales, funcionarios de Salud de Los Ángeles han pedido a los socorristas que no lleven a pacientes adultos que no puedan ser reanimados, pues ya no serán atendidos.
La medida, emitida el pasado lunes, responde a la situación crítica de los incrementos de contagios, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en Estados Unidos. Los funcionarios de Salud argumentan que hacen todo lo posible por los pacientes.
Debido a la inmediatez de la medida enunciada, cientos de ambulancias esperan fuera de los hospitales para ingresar a los pacientes, que deben cumplir ciertos requisitos para ser aceptados.
Caso contrario, "los pacientes en arresto total traumático que cumplan con los criterios actuales de Ref 814 para la determinación de muerte no serán resucitados y se determinará que están muertos en la escena y no transportados", dijo Marianne Gausche-Hill, directora médica de la Agencia de Servicios Médicos de Emergencia del Condado de Los Ángeles.
Se trata de la Ref 814, la política del condado sobre la determinación y declaración de muerte en un paciente que no ha sido transportado a un hospital.
Otro de los estados más golpeados por el coronavirus es California. Algunos funcionarios de salud pública atribuyen el incremento de casos a las reuniones festivas de Acción de Gracias en noviembre pasado. Los Ángeles es uno de los dos condados de California que informaron sobre la escasez de camas en las unidades de cuidados intensivos.
Las cifras de contagios son alarmantes, California reportó 72,911 casos de COVID-19 el lunes, un récord de un solo día desde el inicio de la pandemia. Además, más de 20,8 millones de personas han sido infectadas con el virus en los Estados Unidos desde marzo de 2020 y el número de muertos es de 355,00. Un récord de 129.000 pacientes con Covid-19 se encontraban en hospitales hasta el martes.
La situación se agrava ya que funcionarios federales de salud dijeron que más de dos tercios de los 15 millones de vacunas contra el coronavirus fabricadas por Pfizer Inc y Moderna Inc y enviadas dentro de los Estados Unidos aún no se han administrado.
No obstante, algunos trabajadores sanitarios ya han recibido la segunda inmunización. Cabe destacar que las vacunas requieren dos dosis con tres o cuatro semanas de diferencia.
En este sentido, los gobernadores de Nueva York y Florida han dicho que penalizarían a los hospitales que no suministren las vacunas rápidamente.
