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Jill Biden, esposa de Joe Biden, planea continuar con su trabajo como profesora de bachillerato a pesar de sus obligaciones en la Casa Blanca. La primera dama es una imagen contraria a Melania Trump, ya que cuenta con un doctorado y dos posgrados. Esta sería la primera vez en la historia de Estados Unidos que la mujer del presidente mantiene su propio trabajo y sueldo.
La nueva primera dama, Jill Jacobs, nació en Nueva Jersey en 1951. De ascendencia italoamericana (su familia, proveniente de Sicilia, se apellidaba Giacoppa), se casó en segundas nupcias con el ahora presidente Joe Biden en 1977. Es profesora de inglés especializada en lectura, e imparte clases de bachillerato en el Colegio Universitario de Norte de Virginia; cuenta con una carrera de tres décadas en el campo de la educación.
Durante su estancia en la Casa Blanca como esposa del vicepresidente Biden durante la administración Obama, mantuvo su empleo y sueldo (alrededor de 82,000 euros anuales hace dos años según la prensa local).
Comenzó a trabajar a los 15 años como camarera y pensó laborar en el mundo de la moda, sin embargo dirigió sus pasos a la enseñanza del inglés, una materia que siempre le apasionó en el instituto. Su padre fue cajero y su madre, ama de casa.
El primer matrimonio de Jill fue en 1970 con el exjugador de fútbol americano Bill Stevenson. Tras cuatro años se divorciaron. Pero fue en una cita a ciegas que conoció al ahora presidente de Estados Unidos, entonces senador. El encuentro fue organizado por su futuro cuñado. Ella era nueve años menor que él, sin embargo, Jill se entusiasmó con Joe. "Por fin he conocido a un caballero", dijo a su madre.
Por su parte, Biden había perdido en 1972, en un accidente de tráfico, a su primera esposa, Neilia, y a una hija de un año de edad, Naomi. En 2015, otro de sus hijos, Beau, murió debido a un tumor cerebral.
Se casaron en 1977, en la capilla de las Naciones Unidas en Nueva York y la nueva pareja formó una familia con los hijos de Joe, Beau y Hunter, a la que pronto se sumó Ashley. Jill obtuvo dos posgrados en educación y luego un doctorado, cuya tesis se centró en las necesidades educativas de los estudiantes.
Ahora, de vuelta a la Casa Blanca, los medios estadounidenses la llaman “Profesora FLOTUS” (las siglas que en EU se asignan a la primera dama).
No obstante, ella prefiere que le llamen doctora Biden. Sin embargo, un periodista del Wall Street Journal pidió que se quitara dicho título pues consideraba que era "fraudulento". "Nadie puede llamarse a sí mismo doctor a menos que sea capaz de traer un niño al mundo", escribió en una columna de opinión Joseph Epstein.
Los dichos del periodista provocó una reacción en las usuarias de redes sociales, que optaron por añadir el título universitario a sus nombres en apoyo a Jill Biden, además de visibilizar la alta formación universitaria de las mujeres en ese país.
