La industria automotriz padece a causa de las sanciones de EU sobre China

La industria automotriz padece a causa de las sanciones de EU sobre China

Foto: Xinhua

Fabricantes de automóviles de todo el mundo están cerrando líneas de producción debido a la escasez de chips causada tanto por la pandemia de la COVID-19 como por las sanciones de Estados Unidos a empresas chinas de semiconductores impuestas por la Administración del expresidente Donald Trump.

  

Casi todas las marcas de automóviles internacionales, incluidas Ford, Volkswagen, Nissan, Toyota y Chrysler, se han visto obligadas a reducir las líneas de montaje desde el cuarto trimestre de 2020. Con el inventario de chips agotado, la situación está empeorando, según expertos.

  

La industria automotriz fue la primera en sufrir una tensión en el suministro de chips, ya que los automóviles están cada vez más controlados por software y la industria se ha convertido en un importante consumidor de chips.

  

Como el motor más importante del crecimiento económico mundial, la industria automotriz emplea directamente a más de 10 millones de personas y a decenas de millones más en los sectores de servicios de vehículos.

  

Además, consume una gran cantidad de materias primas como acero, aluminio, plástico, vidrio, caucho y petróleo, por lo que es uno de los principales impulsores de estas industrias.

  

Se cree ampliamente que la Administración del presidente Joe Biden debería revisar y ajustar la política de Estados Unidos sobre China, ya que el enfoque hasta ahora aplicado está causando un desorden de la cadena de suministro global no solo en el sector automotriz, sino también en una amplia gama de otras industrias como las de las telecomunicaciones y la electrónica.

  

Los expertos sugieren que la actual Administración estadounidense debería evitar un enfoque proteccionista.

  

En 2020, la Administración Trump sancionó a varias empresas chinas de alta tecnología amparada por la llamada "seguridad nacional" y "clean network" ("red limpia"), incluidos los productores de semiconductores Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) y Huawei.

  

Estas medidas han sido ampliamente criticadas. El exasesor del Fondo Monetario Internacional en el área de comunicaciones Jeremy Mark calificó tales sanciones como miopes.

  

"Las medidas dirigidas contra SMIC podrían afectar significativamente el ecosistema global de semiconductores que ha crecido durante los últimos treinta años", expuso Mark en un artículo publicado a fines de septiembre del año pasado en el sitio web del Atlantic Council. "Las interrupciones de la cadena de suministro consumirían años de trabajo y grandes sumas de dinero".

  

Las estadísticas mostraron que China representó más del 50 por ciento del consumo mundial de semiconductores en 2019.

  

Los expertos también advirtieron que las restricciones tecnológicas de Estados Unidos y la barrera comercial sobre China podrían ser contraproducentes, ya que el país norteamericano correrá el riesgo de perder el mercado chino, algo que ninguna de las principales empresas del mundo puede permitirse.

  

Muestras de las bondades del mercado chino son, por ejemplo, que el fabricante de teléfonos inteligentes Apple Inc. anunció el jueves que sus ingresos en China aumentaron un 57 por ciento a 21,300 millones de dólares estadounidenses durante los tres meses que terminaron en diciembre, más del 20 por ciento de sus ingresos totales.

  

El productor estadounidense de semiconductores Qualcomm disfrutó de una participación aún mayor de los ingresos del mercado chino, representado casi en el 67 por ciento de sus ingresos totales en 2020.

  

Un informe del Boston Consulting Group publicado en marzo de 2020 mostró que Estados Unidos podría perder 18 puntos porcentuales de participación y 37 por ciento de sus ingresos globales si "prohíbe por completo que las empresas de semiconductores vendan a clientes chinos, causando efectivamente un desacoplamiento tecnológico desde China".

  

Incluso si el Gobierno de EU mantiene las restricciones actuales, aún podría costarle a la industria norteamericana 8 puntos porcentuales de participación global y 16 por ciento de los ingresos, agregó el informe.

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