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Este viernes, el Instituto Nacional Electoral (INE) impartió el Curso de Cobertura Electoral de cara a los comicios del próximo 6 de junio.
En este curso, en el que este columnista tuvo la oportunidad de estar vía remota, se tocaron diversos temas de importancia, pero uno especialmente llamó la atención de este redactor: las campañas electorales en plena pandemia.
Y me llamó la atención porque se dijo tajantemente que todos los candidatos o actores políticos que no respeten las medidas de prevención y sana distancia deben ser denunciados.
De inmediato apareció en la mente de este reportero el nombre de Gerardo Islas Maldonado, presidente nacional del partidito Fuerza por México y que no ha parado de hacer actos que bien podrían tomarse como auténticas fiestas COVID-19.
La sana distancia y las medidas de prevención dictadas por las autoridades brillan por su ausencia, pues en pleno semáforo epidemiológico en color rojo, Islas Maldonado no dudó en reunir a más de 50 personas en cada uno de estos eventos.
Al también diputado local le causa risa esta situación, pues no se cansa de presumir en sus redes sociales estos encuentros, que parecen la antesala de lo que veremos en la campaña electoral.
Si previo a las campañas el señor Islas Maldonado hace sus fiestas COVID, no podemos dudar que sea de los políticos a los que les dé igual la pandemia y lleve a cabo actos multitudinarios, arriesgando la salud de sus “convencidos” correligionarios.
Por supuesto, lo ideal sería que las elecciones se pospusieran si la pandemia no cede en las próximas semanas, pero desafortunadamente en México es más importante la política que la salud.
Por este motivo, sociedad y medios de comunicación deben estar atentos a las acciones de políticos como Gerardo Islas, pues resulta muy irresponsable que a cambio de votos la salud de muchas personas se vea deteriorada.
Por cierto, me cuentan que en las oficinas de Puebla de Fuerza por México no ha llegado un solo peso para sueldos, por lo que muchos trabajadores se están hartando rápido de este “proyecto”.
Esto no es raro, pues solo hay que recordar que en Grupo Sexenio, cuando Islas Maldonado hacía las veces de jefe, los sueldos siempre llegaban tarde y además eran entregados de mala gana, como si los trabajadores no fueran merecedores de un salario.
