El Partido del Crimen y su campaña de terror en México

El Partido del Crimen y su campaña de terror en México

Foto: Xinhua

México saldrá a votar el próximo domingo al final de unas campañas electorales azotadas por la peor ola de violencia política en dos décadas, en la que casi un centenar de dirigentes perdieron la vida, la gran mayoría en el debilitado ámbito local. 

 

"Es una violencia que ha golpeado mucho en los ámbitos locales, acentuada a escala municipal o regional, que tiene su origen en la impunidad crónica que prevalece en el país", dijo a Sputnik el director del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHyD), Edgar Cortez. 

 

Decenas de aspirantes fueron aterrorizados y desprotegidos, y decidieron abandonar sus candidaturas. 

 

Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo urgente un llamado a la ciudadanía a "salir a votar sin miedo". 

 

"El país está en paz, hay gobernabilidad, no hay riesgos de inestabilidad", expresó este miércoles el jefe de Estado. 

 

DESAMPARO LOCAL 

 

El trepidar de las armas no calló y la sangre siguió corriendo durante las campañas electorales que comenzaron en setiembre pasado 

 

Se acumularon casi 800 agresiones de diverso tipo que dejan 89 políticos de todos los partidos asesinados, según el quinto informe de Consultores Etellek publicado a cinco días de los comicios. 

 

"El 90 por ciento eran personajes del ámbito municipal", explica el informe de la firma independiente. 

 

Geográficamente, la violencia está focalizada en 460 municipios que son casi 20 por ciento del total, indica el informe de la firma que ha realizado estudios de seguridad desde el año 2000. 

 

"A escala local, cometer un crimen, amenazar, secuestrar o matar candidatos tiene muy bajas probabilidades de generar consecuencias, dada la falta de investigaciones y sentencias judiciales", indica el especialista que ha acompañado en instancias internacionales a víctimas de la violencia. 

 

El clima político se ha enrarecido tanto que es muy difícil determinar quién comete las agresiones. 

 

Pero hay un consenso que apunta a una red de organizaciones criminales que el Gobierno ya califica como el "Partido del Crimen"

 

La delincuencia organizada en mafias de criminales regionales y locales quiere imponer en las 19.000 alcaldías que se disputan, 80 por ciento del total, a políticos que acepten brindar protección o incluso sean parte del grupo criminal. 

 

¿CANDIDATOS DELINCUENTES? 

 

En estas elecciones emergió una novedad inquietante: hay casos en los que es la confrontación política fue contaminada y llevada al fango de violencia criminal incontrolable. 

 

"Si un candidato piensa que minar a un rival con amenazas y agresiones extremas trae mínimas consecuencias, se vuelve factible preparar una agresión con total impunidad", advierte el defensor de derechos humanos. 

 

El especialista se refiere a un reciente estudio revelador: "Votos, drogas y violencia: la lógica política de las guerras criminales en México", publicado en inglés por Guillermo Trejo, de la estadounidense Universidad de Notre Dame, y Sandra Ley, del mexicano Centro de Investigación y Docencia Económica. 

 

Ese minucioso análisis de los inesperados desarrollos de décadas de transición mexicana a la democracia revela una premisa escandalosa: "La competencia electoral y el conflicto partidista fueron los impulsores clave del estallido de las guerras del crimen en México", con una intensificación de la violencia en esferas de la política local y la sociedad civil. 

 

Cortez comenta que "la teoría clásica sobre la violencia planteaba que la delincuencia era obra de organizaciones claramente diferenciadas de los espacios políticos, resultado de procesos distintos de alternancia y transición". 

 

Sin embargo, esos límites entre la política y el crimen se volvieron cada vez más difusos. 

 

Nuevas evidencias señalan que "los aparatos de gobiernos pueden convivir y coexistir con la delincuencia organizada", indica a esta agencia el especialista que también ha sido asesor en temas de derechos humanos de instancias de seguridad pública. 

 

Lo trágico es que la trama criminal ha alcanzado a algunos agentes judiciales, fiscales, jefes policiales, magistrados y jueces. 

 

"Una parte de las instituciones políticas, policiales y judiciales se entrecruzaron con la delincuencia organizada, en una zona gris convergente que se expresa en la violencia que estalla en los procesos electorales", subraya el experto. 

 

A escala local, la política es vista como herramienta para obtener protección, pero también garantizar acceso a mercados ilegales

 

Y apunta al filo dramático de esta novedad: "la violencia entre contrincantes políticos se mimetiza en el telón de fondo de una trama delictiva, que puede tener vasos comunicantes con grupos criminales locales". 

 

¿Cuál es la responsabilidad del presidente López Obrador en este cóctel explosivo? 

 

Con los argumentos acumulados en tres décadas de experiencia Cortez responde: "El fenómeno es producto de una política de seguridad que sigue siendo muy similar a las estrategias fracasadas de gobiernos anteriores, que persiste, con la única novedad de poner a los militares al frente de las acciones estratégicas como única autoridad confiable". 

 

Así se explica por qué el luto y el miedo al crimen organizado ha marcado con fuego a la elección más grande de la historia del país, cuantitativamente, con más de 21.000 cargos de elección en juego, centradas en las 500 curules de la Cámara de Diputados y 15 gobiernos de los 32 estados de la acosada federación mexicana. (Sputnik) 

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