
Las naciones que conforman el G7 han impulsado más los combustibles fósiles que la energía limpia desde la pandemia por COVID-19. Esta situación contrasta con sus promesas de crear una recuperación verde e invertir en energías sostenibles a nivel mundial.
Mientras el Reino Unido se prepara para albergar la próxima cumbre del G7, un nuevo análisis revela que los países asistentes invirtieron 189 mil millones de dólares para apoyar el petróleo, carbón y gas entre enero de 2020 y marzo de 2021. En tanto, los mismos países (Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, Alemania y Japón), solo invirtieron 147 mil millones de dólares en energías limpias.
El reporte fue realizado por la Organización Benéfica para el Desarrollo Tearfund, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible y el Instituto de Desarrollo de Ultramar. En el documento se expresa que el apoyo a los combustibles fósiles de siete de las naciones más ricas del mundo, incluye medidas para eliminar o degradar las regulaciones ambientales. Aunado a ello, generar un mayor impulso para la financiación directa en energías como el petróleo, gas y el carbón.
Además, el informe de las instituciones indicó que, en la mayoría de los casos, el dinero destinado a las industrias de combustibles fósiles se daba sin ningún tipo de condiciones. Para otorgar este tipo de licitaciones se debía exigir una reducción de las emisiones de CO2, pero el análisis encontró que 8 de cada 10 dólares gastados en energías fósiles no eran condicionados.
Por ejemplo, las industrias de la aviación y automóviles recibieron115 mil millones de dólares de los países que conforman el G7. De ese dinero, el 80% se dio sin ningún intento de obligar a estos sectores a reducir sus emisiones de carbono a cambio del apoyo. Las empresas beneficiadas fueron, Air France, British Airways, Ryanair, easyJet, Lufthansa, Japan Airlines, Alitalia, Renault y Honda.
En la misma línea, solo uno de cada 10 dólares comprometidos con la respuesta al COVID-19 benefició a las energías denominadas limpias, como las renovables y las medidas de eficiencia energética. Durante la pandemia por COVID-19, se estima que las 50 economías más poderosas del mundo comprometieron al menos 14.6 millones de dólares a medidas de estímulo fiscal en 2020. El apoyo a los sectores del petróleo y el gas fue particularmente evidente en Canadá y Estados Unidos, ambos importantes productores de estos combustibles fósiles.