
La isla de Rapa Nui, un territorio insular chileno ubicado en medio del Océano Pacífico, se ha mantenido durante 14 meses libre de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) que azota al continente, gracias a estrictos protocolos sanitarios, su filosofía ancestral y la autosustentabilidad impulsada por la comunidad.
En marzo de 2020, con cuatro casos de COVID-19 confirmados, tres ventiladores mecánicos y oxígeno para solo un paciente en el hospital local, una orden municipal determinó frenar la llegada de turistas a la reconocida Isla de Pascua, cortando la única fuente de ingresos de sus habitantes. Esto sentó un doble desafío para los "pascuenses" en términos de sobrevivencia, más no una dicotomía.