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El empresario israelí Moshe Hogeg anunció este jueves de manera sorpresiva que está vendiendo la mitad del fútbol club Beitar Jerusalén, uno de los equipos de fútbol más famosos de Israel, a un empresario emiratí.
El anuncio sucede tres años después de haber comprado el club y después de un tiempo tumultuoso como propietario que lo vio enfrentarse a un grupo de fans antiárabes.
En un comunicado, Hogeg dijo que después de consultar a su familia durante la festividad de Rosh Hashaná (año nuevo judío que se celebró este martes y miércoles), decidió dejar inmediatamente Beitar y nombrar al abogado Itzhak Yunger como fideicomisario temporal, citando como la razón al grupo de fans racista "La Familia".
"Beitar Jerusalén no es un negocio", aseveró. "Yo y otros antes de mi hemos donado mucho dinero a este club para su comunidad. Nunca he pedido una medalla ni siquiera un pequeño agradecimiento. Pero, por otro lado, con el debido respeto, es inaceptable para mí donar sumas masivas cada mes, casi 120 millones de shékels (37.5 millones de dólares), y que cuando entro al estadio tengo que escuchar maldiciones sin parar contra mí, mi esposa e incluso mis hijos.
"Nunca me disuadió 'La Familia'. Luché contra el racismo y la violencia sin miedo, traje a un jugador musulmán y nunca me di por vencido, incluso hoy. Esta lucha no se detiene y continuará después de mí", aseguró.
