
El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló este viernes que su testamento establece la voluntad de que después de su muerte no se levanten estatuas con su imagen, ni se utilice su nombre para nombrar calles, escuelas, ni plazas.
"Tengo escrito en mi testamento que no quiero que se use mi nombre para nombrar ninguna calle, no quiero estatuas, no quiero que usen mi nombre para nombrar una escuela, hospital, nada absolutamente", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
López Obrador, de 67 años, reveló la instrucción sobre su legado al comentar que en la antigua residencia oficial de los presidentes en Los Pinos, junto al bosque de Chapultepec, hay estatuas de sus antecesores desde el siglo XX en un jardín.
Explicó así las obras del complejo cultural que se construye en esas enormes instalaciones boscosas de Los Pinos, una antigua finca a la que se trasladó el entonces presidente general Lázaro Cárdenas (1934-1940) para no vivir en el suntuoso Castillo de Chapultepec del siglo XIX, que se convirtió en Museo Nacional de Historia.
"Ya no es tiempo de rendir culto a las personalidades", dijo López Obrador al informar que en el nuevo complejo cultural no habrá una imagen suya entre la docena de estatuas y bustos de bronce de sus predecesores en el llamado "Paseo de Los Presidentes".