Nunca nos habíamos sentido más seguros

Nunca nos habíamos sentido más seguros

Cuando Andrés Manuel López Obrador dijo que la pandemia cayó como anillo al dedo muchos no le entendieron, como siempre, el tiempo le terminó dando la razón. La pandemia significó la oportunidad de demostrar que, aún en la situación más adversa por la que ha pasado la humanidad en un siglo, cuando se tiene un buen gobierno el país se mantiene de pie y avanza.

 

En casi 23 meses de pandemia mundial el país mostró gran capacidad de resistencia. La economía no colapsó a pesar de los malos augurios de la oposición; el nivel de empleo ya se recuperó a su nivel previo; la deuda pública no se incrementó; la inflación está volviendo a sus márgenes objetivo y la dinámica del consumo de los hogares volvió a tomar ritmo. Hay otros indicadores que demuestran que la ciudadanía percibe la recuperación y el cambio, por ejemplo, el índice de confianza del consumidor y la percepción de seguridad pública que han batido récord en este sexenio.

 

La medición de la percepción de la seguridad pública se realiza de forma continua desde 2009 (en el sexenio de la “guerra contra el narco”, su periodicidad era mensual; en 2013 se establece una nueva metodología y un levantamiento trimestral. Tiene por objetivo capturar el nivel en el que las personas sienten seguridad en sus entornos. Desde su lanzamiento es levantada por el INEGI y el martes pasado se publicaron los resultados para el tercer trimestre de 2021. Los resultados mostraron el mejor nivel desde que se lleva a cabo este ejercicio.

 

La gráfica siguiente muestra la evolución de este indicador, es claro que nunca nos habíamos sentido más seguros, 36 personas de cada 100 manifestaron que es seguro el lugar donde viven. Por género, los hombres se sienten más seguros, 41.2%; mientras que el 31% de las mujeres se sintieron seguras. Las ciudades más inseguras se ubicaron en el Bajío y el Bajío-occidental, mientras que las más seguras están en Nuevo León, Baja California Sur y Ciudad de México. En Puebla, 31% de las personas se sienten seguras, que significa que estamos por debajo de la media nacional.

 

Elaboración propia con datos de ENSU (INEGI, 2021)

 

 

El lugar más inseguro para las personas fue el cajero automático, le siguió el transporte público; en cambio los espacios más seguros fueron la escuela y la casa. En esta ocasión sólo el 25% de la población considera que la situación de seguridad empeorará en los próximos meses; lo que significa una recuperación del optimismo por las condiciones sociales.

 

Además de la percepción (elementos subjetivos), la encuesta también mide elementos objetivos como atestiguar hechos o conductas delictivas. En este rubro hubo también una disminución que fue estadísticamente significativa, sólo estuvieron al alza el vandalismo y la toma de energía eléctrica de forma clandestina. Los ambientes violentos también marcaron un descenso; una tercera parte de la población se vio envuelta en enfrentamientos, de ellos siete de cada 10 fueron entre vecinos, mayormente por ruido, basura o el estacionamiento. Las mujeres pelean más con vecinos, mientras que los hombres pelean más con desconocidos en el transporte público.

 

En cuanto a la evaluación de cuerpos de seguridad, las mejores evaluaciones las tienen en ese orden: la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional; los de menor calificación fueron los policías municipales.

 

Por último, en cuanto a la evaluación sobre las autoridades municipales para resolver problemas, en promedio obtuvieron una calificación satisfactoria por el 27.8% de la población. El gobierno mejor evaluado es el de Piedras Negras, Coahuila (62.3%); el peor fue Ciudad Obregón, Sonora (7%). El gobierno de la ciudad de Puebla estuvo por debajo de la media nacional al ubicarse en 18.7% lo que puede explicar la derrota electoral de MORENA en el municipio.

 

Parece que la estrategia de “abrazos y no balazos” está dando sus primeros resultados justo a la mitad del camino. Los jóvenes se están incorporando a la escuela y al trabajo, los adultos mayores reciben una manutención asegurada, los salarios están en su mejor nivel de poder adquisitivo en 40 años. La gente percibe menos violencia y más seguridad. Hay todavía muchas áreas de oportunidad, entre ellas la impunidad: si los delincuentes perciben que delinquir sin consecuencias es fácil, lo seguirán haciendo. El otro aspecto es la corrupción: si las personas no confían en los órganos para procurar y administrar justicia no habrá castigo a los responsables del delito.

 

No podemos todavía cantar victoria, los indicadores son buenos, pero deben sostenerse en el tiempo, contribuyamos desde la parte que nos corresponde, los microespacios en los que incidimos todos los días para que sean espacios libres de violencia, reproduzcamos la honestidad y el comportamiento ético, manifestemos conductas solidarias y de empatía, es lo menos que podemos hacer por nuestra Patria.

 

 

 

*Profesor-Investigador Universidad de Quintana Roo

 

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

Twitter: @BandalaCarlos