
La figura de Hernán Cortés cada vez genera más repudio y “realmente corren riesgo en México”, advirtió Esteban Mira Caballos, biógrafo español del conquistador, por lo cual opina que “ha llegado el momento” de que el gobierno español solicite la devolución de los restos al gobierno mexicano.
En entrevista para EFE, el también en doctor en Historia de América dijo que los restos de Cortés yacen en Ciudad de México, en la capilla del hospital de Jesús Nazareno, donde pasan desapercibidos, ya que solo están identificado con una pequeña placa y el acceso a la iglesia ha estado controlado para evitar altercados.
Aunque la voluntad del conquistador fue reposar para siempre en Nueva España, Mira afirma que es momento de que el gobierno español pida su devolución para que descansen en paz en su localidad natal de Medellín, España, pues opina que Cortés es tan odiado en México porque “se ha creado una leyenda negra en torno a él y se han tergiversado los hechos, entre otras cosas porque ellos plantean que España conquistó México y hablan en términos que no son reales”.
Esteban Mira afirma que el conquistador español fue una persona muy importante en la historia que, “para bien o para mal, cambió el mundo”, incluso asegura que “no hubo genocidio” ya que Cortés “quería gobernar un territorio y necesitaba mano de obra”.
Mira afirma que la figura de Hernán Cortés puede ser vista como un genocida o como un liberador de las tribus indígenas sometidas a la tiranía de los aztecas o mexicas. “Ni liberación ni genocidio, que la historia se suele mover en tonos intermedios”.
En este sentido, el experto afirma que es hora de que España tiene que reivindicar el descubrimiento, conquista y colonización de América “sin ningún tipo de complejo”, porque aquello “sentó las bases de la globalización del mundo”.
Respecto al reclamó del presidente Andrés Manuel López Obrador refiere que “no tenemos esa conciencia de culpa ni pensamos que tengamos alguna responsabilidad por lo que ocurrió hace 500 años”.
Por último, como ejemplo dijo que no le ve ningún sentido a “empezar una vorágine de peticiones de perdones, donde los tunecinos nos pidan perdón a nosotros por la conquista cartaginesa de la Península Ibérica o los españoles a los franceses por haber capturado a Francisco I” de Francia.