
Los daños causados por los desórdenes en Kazajistán se calculan en unos 200 millones de dólares, comunicó este viernes el medio Informburo.kz, que cita a la Cámara de Empresarios kazaja (Atameken).
"Para la fecha, en 10 regiones de la República de Kazajistán se contabilizaron 848 instalaciones comerciales y 1.021 objetivos dañados, entre ellos 789 instalaciones y 950 objetivos ubicados en Almaty (antigua capital del país)", publicó Informburo.kz
De acuerdo a Atameken, la cifra de los daños ocasionados ronda los 87.200 millones de tenges (unos 200 millones de dólares), de ellos 85.800 millones de tenges corresponden a los destrozos sufridos por Almaty.
Las protestas masivas en Kazajistán estallaron en los primeros días de 2022. Los habitantes de las ciudades de Zhanaozen y Aktau, localizadas en el oeste del país, protestaron contra el alza de los precios del gas licuado, poco después las protestas se extendieron a otras localidades.
En Almaty, la antigua capital de Kazajistán, se registraron enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden, la policía utilizó granadas aturdidoras y gas lacrimógeno. A lo largo de todo el país fue desconectado internet y dejaron de transmitir varias cadenas de televisión.
Las autoridades kazajas decretaron el estado de emergencia hasta el 19 de enero y el toque de queda, que rige de las 11 de la noche hasta las 7 de mañana.
El mandatario kazajo, Kasim-Zhomart Tokáev, aceptó el 5 de enero la dimisión del gobierno en pleno y asumió la jefatura del Consejo de Seguridad Nacional, encabezado hasta entonces por el expresidente Nursultán Nazarbáev.
Tokáev afirmó que las protestas fueron orquestadas por un grupo de instigadores, cuya identidad no desveló, y solicitó a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) enviar fuerzas de paz para hacer frente a "la amenaza terrorista" y a los intentos de socavar la integridad del Estado kazajo.