
Anders Behring Breivik, el ultraderechista que mató a 77 personas en 2011 en Noruega, acudió a su comparecencia para tratar de obtener su libertad vigilada y saludó al tribunal con el brazo en alto al estilo nazi; además, condenó la violencia y se dijo un fiel seguidor del nacionalsocialismo.
De acuerdo con EFE, Breivik ingresó al gimnasio de la cárcel de Skien, donde cumple condena y lugar en el que se llevó a cabo su juicio por motivos de seguridad, haciendo un saludo nazi con la mano derecha en alto, como ha hecho en otras comparecencias anteriores en el pasado.
"Condeno la violencia y el terrorismo y los objetivos en el manifiesto (que publicó en 2011 al cometer los atentados). Pero eso no significa que no siga luchando por el triunfo del nacionalsocialismo en Noruega y Occidente", dijo Breivik ante el tribunal, además mostró una pancarta que decía: "Detengan el genocidio contra las naciones blancas".
En su comparecencia, que durará alrededor de tres horas, Breivik dijo que se había radicalizado en internet y que le habían "lavado el cerebro", y culpó de los atentados a quienes contribuyeron a ese proceso.
Norwegian killer Anders Behring Breivik begins parole hearing with Nazi salute: Mass murderer Anders Behring Breivik gave a Nazi salute as he entered court for a parole hearing that will decide if he should be released after spending more than a decade behind bars. pic.twitter.com/zdwowy6YGf
— World News 24 (@DailyWorld24) January 18, 2022
La sentencia que Breivik recibió por sus asesinatos fue de 21 años de custodia, castigo máximo fijado entonces por las leyes noruegas, equivalente a una cadena perpetua, pues se puede prorrogar de forma ilimitada, aunque el reo tiene derecho a que sea revisada de forma periódica.
Hace unos meses la fiscalía noruega se opuso a la petición, argumentando que Breivik pueda cometer actos criminales graves de nuevo, por ello su situación debe ser resuelta por el tribunal.
El 22 de julio de 2011, Breivik estacionó una camioneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo y la hizo estallar, con la que que asesinó a ocho personas.
Tras cometer el crimen se dirigió a Utøya, donde se celebraba el campamento anual de las Juventudes Laboristas, y allí asesinó durante algo más de una hora a decenas de personas que consideraba defensores del multiculturalismo y una amenaza para Noruega.