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Al menos ocho muertos y siete heridos dejó un enfrentamiento entre presos en el Centro de Reinserción Social (CERESO) del estado mexicano de Colima, informó el martes la Secretaría de Seguridad Pública de esa entidad, que tomó el control de las instalaciones penitenciarias.
"El CERESO de Colima está bajo control de la autoridad estatal después de que esta mañana (este 25 de enero) se registrara una riña entre dos grupos de personas privadas de la libertad en el mismo, que dejó un saldo preliminar de ocho personas fallecidas y siete personas heridas", informó la cartera de Seguridad Publica.
Los hechos violentos comenzaron alrededor de las 9:00 horas (14:00 GMT) en los dormitorios A y B del penal.
"A las 9:03 (14:03 GMT) se escucharon detonaciones, tras lo cual acudieron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal con el apoyo de la Fiscalía General del Estado, la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional", relata el parte policial.
A las 9:25 horas (14:25 GMT) fue asegurado el perímetro y el grupo de agentes, militares y custodios "procedió a ingresar".
Una hora y media después las autoridades recuperaron el control total establecimiento penitenciario.
"Al interior de dos de los dormitorios se encontraron siete personas fallecidas y ocho personas heridas que fueron trasladadas a diversas unidades hospitalarias; todos ellos personas privadas de la libertad; uno de los heridos falleció posteriormente", detalla el reporte de la secretaría de Seguridad Pública de Colima.
En las primeras revisiones, las autoridades encontraron en los dormitorios "diversas armas punzocortantes y un arma de fuego".
La policía investigadora de la fiscalía de la entidad está realizando las pesquisas sobre los hechos, "para el efecto de ejercer las acciones penales que correspondan".
El Gobierno de Colima "lamenta lo sucedido y la pérdida de vidas y se solidariza con las familias de las víctimas", mientras asegura un seguimiento a la situación de salud de las personas heridas.
El peor motín en una cárcel mexicana ocurrió en febrero de 2016 en el penal de Topo Chico, en Monterrey, capital del estado de Nuevo León (norte), que dejó un total de 52 muertos y 12 heridos.
