Las tres caras de Onésimo Cepeda, el fallecido obispo emérito de Ecatepec

Las tres caras de Onésimo Cepeda, el fallecido obispo emérito de Ecatepec

Foto: La Silla Rota

Este 31 de enero por la noche murió Onésimo Cepeda, religioso mexicano famoso no por su compromiso eclesiástico, sino por su relación directa con el poder político de México.

 

"Con Peña Nieto se acabó mi relación priista, me dijo adiós, fuimos amigos. Sí, lo ayudé a llegar, sí, no me volvió a ver, no tuvo palabra", fueron las palabras con las que Onésimo Cepeda Silva anunció que a sus 84 años buscaría ser diputado plurinominal de la mano del Partido Fuerza por México en junio de 2021.

 

Este no fue el único acercamiento del sacerdote en el poder, de hecho, fue una figura religiosa estrechamente ligada a la clase política de México, especialmente al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su llamado Grupo de Atlacomulco.

 

¿Quién fue Onésimo Cepeda? Imagen Poblana y Sputnik te presentan las tres caras de este polémico personaje.

 

El exitoso empresario

 

"No estaba yo muerto de hambre si era socio de Slim", dijo Onésimo Cepeda en entrevista a medios luego de anunciar su jubilación cuando recién cumplió los 75 años. Su carta la entregó personalmente al papa Benedicto XVI.

 

Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Cepeda Silva tuvo una fugaz pero exitosa carrera como hombre de negocios.

 

"Trabajé en el Banco de México, de ahí salí al Banco de Londres, donde me hicieron gerente general no sólo de Londres sino de México. Era gerente general a los 22, 23 años", contó en entrevista con la periodista Adela Micha.

 

Fue en la década de los 60 que Onésimo Cepeda conoció a Carlos Slim y con solo 27 años se convirtió, junto al magnate mexicano, en uno de los fundadores de Grupo Financiero Inbursa.

 

Como abogado y empresario, Cepeda Silva fue presidente del grupo financiero Banamex y colaboró con Ingenieros Civiles Asociados y Grupo Televisa.

 

El religioso 'liberal'

 

Pero un día, Onésimo decidió dejar atrás su vida en las grandes ligas de los negocios y la banca. Se dedicó a la religión como primer oficio.

 

Fue hasta los 33 años que Cepeda Silva se ordenó como sacerdote y en durante sus primeros años como religioso se unió a un grupo mexicano que impulsaba la teología de la liberación, una corriente radical en favor del cambio social y que fue considerada por los más ortodoxos como una desviación ideológica de la doctrina católica.

 

La teología de la liberación consistió en realizar una apuesta teológica a partir de la realidad histórica de los pobres de América Latina. Esta corriente teológica se dio en un proceso de ebullición social por las transformaciones socioeconómicas coincidentes con la revolución cubana, así como a la difusión de los postulados socialistas y marxistas.

 

El personaje político

 

"Yo creo que no existe el Estado laico. El Estado está formado por pueblo, territorio y poder, esa es la definición de Estado. ¿El pueblo es laico? No ¿Los maizales son laicos, o sea el territorio es laico? No ¿El gobierno es laico? Sí. Por tanto, somos un Estado gobernado por un Gobierno laico. Por eso, perdóneme, pero eso del Estado laico es una jalada", dijo Cepeda en 2010 durante entrevista a medios al finalizar una misa en la Basílica de Guadalupe. Y tal vez es esta postura la que explica su actuar en la vida política que le mereció el apodo de "el obispo de las élites".

 

Durante décadas, Onésimo Cepeda estuvo estrechamente ligado al PRI, específicamente al grupo de Atlacomulco entre cuyos integrantes destaca Arturo Montiel, el actual gobernador mexiquense Alfredo del Mazo, así como el expresidente Enrique Peña Nieto, a quien Cepeda Silva consideró su invitado especial a su fiesta de 70 años.

 

En vida, sobre Onésimo Cepeda pesaron acusaciones como lavado de dinero y fraude procesal. Esto luego de que en 2003 el obispo presuntamente firmó un documento para simular un préstamo por 130 millones de dólares a la señora Olga Azcárraga, dueña de Arthinia Internacional.

 

La familia de la mujer acusó al religioso de haber entrada a su casa y robar al menos 40 obras de arte entre las que se encontraban obras de Goya, Modigliani, Picasso, entre otros, para cobrar la supuesta deuda. Onésimo Cepeda nunca fue hallado culpable, mientras que la familia de la mujer acusó un proceso plagado de sobornos por parte del obispo.

 

Políticamente, Onésimo siempre se confrontó con la izquierda. En 2006 se dijo en contra de López Obrador y sus críticas al entonces Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE) y se enfrascó en una lucha de declaraciones en contra de la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México Rosario Robles a quien llamó "vieja que critica 300 muertos, pero aprueba el aborto" y "una gallina que vino a cacarear a mi gallinero, y aquí yo soy el gallo".

 

En 2021 y con todas esas y más polémicas a cuestas, Onésimo Cepeda buscó ser legislador por el partido conservador Fuerza por México; sin embargo, las leyes que defienden el estado laico del que en su momento se burló no se lo permitieron.

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