
Dos brutales asesinatos ocurridos en menos de un mes han dejado a las mujeres asiático-estadounidenses en la ciudad de Nueva York con una sensación de peligro, y en las zonas metropolitanas del país, estas mujeres afirman que existen constantes motivos para mirar por encima del hombro, informó hoy NBC.
A alrededor de las 04:00 hora local del domingo, Christina Yuna Lee fue hallada muerta en su baño tras ser apuñalada 40 veces por un hombre, Assamad Nash, quien presuntamente la siguió en silencio seis pisos de escaleras hasta su departamento en Bajo Manhattan, según el informe.
La muerte de Yuna Lee se produce luego del asesinato de Michelle Go, de 40 años, quien el 15 de enero fue empujada a las vías cuando se acercaba un tren en la estación del metro de Times Square. En una vigilia para recordarla, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, dijo que "me comprometo de nuevo a garantizar que esto no ocurra en nuestra ciudad".
Varias mujeres que viven en la ciudad dijeron que declaraciones como esa suenan cada vez más huecas. Con la muerte de Lee ocurrida en su propia casa, las mujeres afirman que los espacios seguros para ellas en Nueva York están desapareciendo rápidamente.
Los efectos de la violencia y el racismo son sentidos de forma desproporcionada por las mujeres de los grupos atacados, dijo Sung Yeon Choimorrov, directora ejecutiva del Foro Nacional de Mujeres Estadounidenses Asiáticas y del Pacífico, y la brutalidad sufrida por las mujeres asiático-estadounidenses antecede por mucho a la pandemia.
"Cuando empezaron a ocurrir los actos de violencia relacionados con la pandemia principalmente contra las personas del este de Asia, las personas hablaban de esto como si fuera la primera vez que ocurriera", dijo. "Ahora las personas están prestando atención. Ahora quieren saber. De repente hay interés".