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Habitantes de la comunidad de Quechultenango, ubicada a unos 40 kilómetros al sureste de la capital de Guerrero, Chilpancingo, se inconformaron con la presencia de fuerzas federales y retuvieron a uniformados durante unas cinco horas.
A partir de las 18 horas de este miércoles 16 de febrero retuvieron unos 30 soldados del Ejército Mexicano y a elementos de la Fiscalía General del Estado de Guerrero, 10 policías ministeriales del estado que realizaban un operativo en la región, un bloqueo en el que, además, quedaron encapsulados también 20 reporteros.
Los quechultenanguenses se manifestaron con pancartas en contra de la presencia de los militares en la localidad, argumentando que los rondines de uniformados generan más violencia e inseguridad.
Guerrero es uno de los estados más violentos y desiguales del país, además de que varias de sus regiones están cooptadas por el crimen organizado para operar el cultivo y trasiego de sustancias como las derivadas de la amapola.
Además, la entidad tiene una larga tradición de protesta guerrillera que se remonta a la guerra de Independencia de México contra España, pues el caudillo Vicente Guerrero aprovechó la sierra del estado para protegerse del ejército realista, además de que sitios como la Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa tiene un enfoque formativo en la protesta social.
Por lo demás, su localización geográfica lo convierte en un enclave entre el puerto de Acapulco, la salida en general a la costa del Océano Pacífico y la Ciudad de México.
Con consignas como "Tengo miedo con el Ejército en mi pueblo", "Aquí no hay inseguridad, aquí todos vivimos en paz" y "Paz y tranquilidad para mi pueblo", los pobladores manifestaron su inconformidad y retuvieron durante horas a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En el lugar se presentaron el comandante de la 35 zona militar, Enrique Martínez López, y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Guerrero, Evelio Méndez Gómez, para negociar con los inconformes la liberación de los uniformados.
Hacia las 23 horas y luego de cinco horas de tensión, los habitantes de Quechultenango determinaron la liberación de los elementos federales retenidos, entre quienes también pudieron viajar hacia Chilpancingo los periodistas que quedaron encapsulados en la protesta.
Las autoridades firmaron un documento con los manifestantes para destrabar la situación y permitir el desahogo de los vehículos retenidos hacia la capital de Guerrero, de acuerdo con testimonios de reporteros retenidos en la localidad.
