
Durante 2019, más de 17.000 homicidios en México estuvieron vinculados al tráfico de armas que, en su mayoría, venían de Estados Unidos, informó el sitio web de Al Jazeera.
Según un artículo de opinión de Belén Fernández, existen cerca de 7.000 comerciantes de armas de fuego autorizados en el estado sureño estadounidense de Texas, fronterizo con México, y se informa que cada año se trafican alrededor de medio millón de armas de fuego desde Estados Unidos a México.
En agosto de 2021, el Gobierno mexicano presentó una demanda de 10 mil millones de dólares en un tribunal federal de Massachusetts contra 10 empresas de armas estadounidenses, incluidas Smith & Wesson, Colt, Beretta y Glock, acusadas de fomentar deliberadamente la violencia en México.
Según la demanda, estas empresas han diseñado y comercializado armas de asalto de estilo militar y diversos productos letales para satisfacer a los cárteles criminales y otros.
Sin embargo, los fabricantes de armas estadounidenses pidieron a un juez federal que desestime la demanda presentada por México argumentando que "según los principios básicos del derecho internacional, una nación extranjera no puede usar su propia ley para traspasar las fronteras e imponer responsabilidades".
El artículo de opinión califica dicha justificación como un "punto de vista encantador" de parte de las empresas "cuyo alcance transfronterizo literalmente mata personas, y que forman un pilar de la sociedad dentro de una superpotencia imperial a la que no le importan el derecho internacional o las fronteras fuera de la suya".
"Solo pregunten a Irak y Afganistán", agrega la pieza informativa.
La autora citó la demanda mexicana que rezaba: "Como resultado del uso continuo y la posesión de muchas de estas armas (fabricadas en EE. UU.), los residentes de México seguirán siendo asesinados y heridos por estas armas, y el público seguirá temiendo por su salud, seguridad y bienestar".