El incendio en la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, que se produjo en medio de las hostilidades entre los militares rusos y ucranianos, muestra la necesidad de poner fin al conflicto en Ucrania lo antes posible, declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
"Esto demuestra la imprudencia de esta guerra, la importancia de su cese y retirada por parte de Rusia de todas las tropas, y la participación consciente en los esfuerzos diplomáticos", dijo Stoltenberg antes de una reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza en Bruselas.
La oficina de prensa de la central nuclear de Zaporizhzhia comunicó esta mañana que se produjo un incendio en su recinto, tras sufrir un ataque. El servició de situaciones de emergencia de Ucrania informó más tarde que estaban en llamas los pisos 3, 4 y 5 de un bloque de entrenamiento del personal y que el fuego no afectó a la planta. Después llegó la noticia de que se logró extinguir el incendio.
El regulador ucraniano también confirmó que el nivel de radiación alrededor de la planta no ha cambiado.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó, a su vez, que los nacionalistas ucranianos intentaron cometer una provocación, incitando a los militares rusos a abrir fuego contra la central de Zaporiyia.
El portavoz de este ministerio, Ígor Konashénkov, declaró que el objetivo de la provocación consistió en acusar a Rusia de crear una fuente de contaminación radiactiva.
"Todo atestigua la existencia de un plan criminal por parte del régimen de Kiev o la pérdida total de control por Vladímir Zelenski sobre las acciones de los grupos de sabotaje ucranianos", subrayó.
Según datos del Ministerio de Defensa ruso, la noche del jueves un grupo de sabotaje ucraniano atacó desde un local que se usa para entrenamiento a los militares rusos que realizaban patrullaje del territorio adyacente a la central nuclear.
Los soldados rusos lograron rechazar el ataque, pero el grupo de sabotaje, abandonando la zona, incendió el edificio, donde se escondía.
