
Los hechos ocurrieron en el Hospital Mateu Orfila, ubicado en Menorca, España. El médico fue condenado a cinco años de prisión por grabar a 94 mujeres sin su consentimiento en los baños de la institución y en su propia casa.
Después de que el acusado admitiera los delitos de descubrimiento y revelación de secretos, las demandantes solicitaron una condena de 10 años en prisión; sin embargo, esto no fue posible por el diagnóstico de “trastorno de voyeurismo y adaptación” que presentó la defensa del hombre, terminando así con una sentencia de cinco años y una multa de 270,000 euros.
Las autoridades tomaron cartas en el asunto después de que una enfermera hallara una cámara oculta en los sanitarios del hospital. Días después, se dio a conocer que el acusado había grabado a las mujeres desde el 2016 a través de algunos dispositivos colocados en vestidores y baños femeninos.
Además, estos lugares no eran los únicos, pues al revisar sus pertenencias, la policía halló grabaciones de su propia casa y oficina, en donde colocaba la cámara de su móvil sobre botes de basura o bajo la falda de alguna de sus colegas.