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Todos tenemos algún gusto que ocultamos a las personas que nos rodean por miedo a quedar en ridículo. Este tipo de gustos pueden ir desde un género musical o canción, películas, hobbies y hasta cosas muy “extrañas” como ordenar la casa.
A este tipo de gustos los llamamos de mala manera como “culposos”, pues la misma sociedad nos ha mal enseñado que debemos ocultar todo eso que nos hace felices si es que puede tomarse como algo tonto o alejado de la personalidad que mostramos a la gente.
Este miedo a esconder estos gustos viene también del perfeccionismo que queremos demostrar ante la gente, el exceso de autocrítica y los prejuicios con los qué tal vez fuimos educados, algo que desafortunadamente no nos permite disfrutar de la vida.
Sin embargo, los gustos “culposos” no son para nada malos si es que no afectan a terceros, por lo que si tu gusto es auténtico y te hace feliz sin afecta a los demás, entonces deberías dejar de llamarlos “culposos” y comenzar a conocerlos como gustos “gustosos”.
Y es que el disfrutar de estos gustos es una manera increíble de liberar el estrés haciendo, viendo o escuchando algo que de verdad te llena, además de que te permite entenderte más a ti mismo y confirmar que eres una gran persona con todo para ser feliz.
Por si fuera poco, otras personas tienen el mismo gusto “gustoso” que tú y entonces tienes la gran posibilidad de que tu grupo de amistades crezca en relaciones sanas donde comprenderán que no hay nada de malo en ser auténtico.
