.gif)
La reciente gira de Coldplay “MUSIC of the SPHERES” abrió el debate sobre si es posible hacer eventos musicales sin contaminar, pues la banda británica asegura que su Tour es amable con el medio ambiente, ya que el espectáculo que presentan busca hacerse con el menor impacto ecológico y con energía renovable. No obstante, las intenciones de este grupo son un caso aislado, debido a que la gran mayoría de festivales generan grandes cantidades de basura y residuos, lo que hace ver a los conciertos sustentables solo como una linda fantasía.
Sin necesidad de ir lejos, en México está el festival “Tecate Comuna”, el cual tiene lugar en el Parque Ecológico de Puebla, un sitio en el que habitan diversas especies de aves y plantas. Pese a que no es la ubicación más adecuada para llevar a cabo un festival de música, a los organizadores del evento no les interesa el daño que pueden ocasionar a los seres vivos que habitan el sitio. En su última emisión, rondaban imágenes de árboles con sus ramas dañadas y patos aplastados.
Mientras tanto, en Europa Rammstein está “incendiando” los países que visita. En las fotos de su última presentación se puede ver cómo, para animar al público, utilizan fuegos artificiales y explosiones. Por muy visual que sea el show, las partículas que genera la pirotecnia se quedan suspendidas en el aire, afectando a quienes las respiran.
Regresando a territorio azteca, la cantante ganadora del Grammy Natalia Lafourcade, quien supuestamente es ecologista, ha hecho conciertos en regiones de sol y playa, los cuales terminaron por ensuciar el mar y parte del ecosistema marino.
Los mayores contaminantes probablemente sean los grandes festivales musicales, como el Coachella celebrado en el desierto de California, el Lollapalooza en sus diversas sedes en Berlín, París, Buenos Aires o Santiago de chile, o el conocido recinto de música electrónica Tomorrowland. Y es que estos reciben a personas de todo el mundo, generando un tráfico aéreo más frecuente, lo que contribuye directamente al efecto invernadero.
Aunque hay muchos artistas que se han sumado a las causas “verdes” como Alejandro Sanz, Jon Bon Jovi, U2 y Radiohead, es casi imposible no generar contaminación en conciertos, porque esta viene desde muchos frentes: desde los desechables que se utilizan en las bebidas y comidas en los sitios, hasta el exceso de tráfico para llegar a los auditorios y la electricidad para la iluminación del evento.
