Trajes a la medida, lujosa forma de vestir que va quedando en el olvido

Trajes a la medida, lujosa forma de vestir que va quedando en el olvido

Foto: Pixabay

Pocos son los sastres que sobreviven actualmente en Puebla, pues se trata de un oficio al que solamente algunas personas recurren cuando se quiere arreglar ropa o confeccionar prendas a la medida.

 

Si bien muchos de los sastres se ocupan principalmente de la reparación de ropa como pantalones y blusas, muchos aún trabajan el arte de hacer ropa a la medida.

 

Jorge es un sastre que por la pandemia tuvo que cerrar su local en la colonia Francisco I. Madero, pero aún sigue haciendo trabajos desde su casa con los clientes que ya lo conocen o que llegan por recomendación.

 

Él lleva en el oficio cerca de 50 años, pues empezó muy joven a coser en el taller que su padre tenía en el municipio de Amozoc, siendo el único hijo que quiso aprender esta actividad.

 

“Es un oficio muy bonito, pero lamentablemente ya es muy poco valorado, la gente obviamente busca lo más barato y nuestras piezas no pueden competir en precio con lo que vende una maquiladora”, explica Jorge en entrevista con Imagen Poblana.

 

Cuando él comenzó a trabajar tenían una demanda de pantalones, camisas y vestidos muy alta, principalmente en fin de año, pues la gente compraba ropa para las fiestas decembrinas.

 

“Las señoras traían la tela para un vestido, para la camisa de su esposo, para un pantalón. Todo se hacía a la medida, aquí no había nada de que ya me quedó largo, ya me quedó zancón, no me cierra o no se me ve la forma, todo es al gusto del cliente”, señala.

 

Jorge aclara que este tipo de piezas no eran para todas las personas y tampoco lo es ahora, pues es caro poder tener una prenda a la medida, además defiende que su oficio no es igual que el de una costurera pues la técnica es diferente.

 

¿Quién y qué siguen consumiendo?

 

Los hombres son quienes más consumen los servicios de un sastre, al menos es lo que percibe Jorge en la actualidad, pues por cada vestido que arregla a la semana, recibe al menos el triple de pantalones.

 

“Los pantalones de vestir es lo que más me traen, para arreglar la pretina o para hacerle el dobladillo. Son pocos, pero todavía se piden los trajes a la medida, principalmente de clientes que gracias a Dios ya tengo desde hace muchos años”, señala.

 

En el caso de las mujeres también son más los arreglos a piezas ya confeccionadas que recibe que los encargos para nuevas creaciones, señalando una vez más que es el precio lo que mucha gente cuestiona.

 

¿Por qué es mejor un traje a la medida?

 

La característica de “a la medida”, explica Jorge, es el principal motivo por el que ese tipo de piezas son mejores que las de una tienda departamental, ya que se trata de prendas únicas que están creadas según la necesidad de cada persona.

 

“El cliente viene, se le toman las medidas, se le da a escoger la tela, el color, se fija un plazo de entrega y el cliente regresa para una prueba, si hay algo que no le gusta se ajusta y al final el cliente recibe una pieza única, no es como ir a la tienda y escoger entre un aparador”, señala.

 

Esto permite que muchas personas puedan lucir un traje o un vestido en todo su esplendor, pues no sufrirá de que cierta talla le quede grande y otra más pequeña, pues aquí la pieza se confecciona para adaptarse al cuerpo del cliente.

 

¿Cuánto cuesta ese lujo?

 

Jorge señaló que el precio es muy variable, pues según la talla de cada persona se determinará la cantidad de tela que se usará, así como la calidad de los materiales a utilizar.

 

En promedio, un traje a la medida puede costar entre 4,000 y 10,000 pesos, mientras que el tiempo de confección varía según las medidas, detalles y materiales que el cliente haya escogido.

 

En contraste, un traje que puedes encontrar en tiendas departamentales ronda desde los 1,500 a los 2,500 pesos, aunque evidentemente también hay más caros.

 

“Apenas la semana pasada entregué un paquete completo de pantalón, camisa y saco a un cliente de años, que ya tiene precio especial y que además él me trajo la tela”, detalla Jorge.

 

De acuerdo con nuestro entrevistado, el oficio del sastre subsiste por los remiendos y se recupera con la confección de un traje o un vestido, por lo que consideró que hace falta más apoyo para el gremio de la confección sobre medida.

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