COVID-19: Así evolucionaron los síntomas con variante ómicron

COVID-19: Así evolucionaron los síntomas con variante ómicron

Foto: Pixabay

Dos años y medio de pandemia de COVID-19 ha dejado infinidad de enseñanzas y, sobre todo, cambios en la manera de enfrentar esta enfermedad, que también ha evolucionado hasta una variante ómicron que, con todas sus subvariantes, es dominante en la quinta ola de contagios.

 

Así como la mortalidad del COVID-19 ha bajado, también han cambiado los síntomas que se presentan con esta nueva variante, pues es actualmente una enfermedad agresiva, pero que sale del cuerpo rápidamente sin generar mayores daños comparados con los que se presentaban hace dos años.

 

Imagen Poblana recolectó la experiencia de una familia que presentó contagios en prácticamente todos sus miembros, que mostraron algunas coincidencias en los síntomas, pero también diferencias que se deben tomar en cuenta por aquellos que aún no son alcanzados por este virus.

 

Lo que se debe resaltar en mayor medida en esta versión actual del COVID-19 es lo rápido que los infectados desarrollan una tos persistente que no siempre es seca, como era anteriormente, que va acompañada por un incesante dolor de cabeza y en algunos casos fiebre que dura solo unas horas.

 

De acuerdo con la experiencia de esta familia, la clave para enfrentar al virus fue que los médicos que consultaron les recetaron un antibiótico y junto con el paracetamol y jarabes como ambroxol lograron recuperarse en cuestión de tres días.

 

No obstante, también debemos tomar en cuenta que, pese a que el tratamiento resulte eficaz en poco tiempo, es muy importante que se cumplan los días que indiquen los médicos, ya que eso ayudará a que las secuelas no se presenten o sean menores.

 

 

Y es que, en esta familia poblana, dos de sus integrantes mantuvieron los ataques de tos durante al menos tres días más, por lo que seguir el tratamiento al pie de la letra resulta lo más adecuado para superar por completo la infección.

 

También es importante mencionar que algunos integrantes no desarrollaron la molesta tos, pues únicamente manifestaron tener el cuerpo cortado, dolor de articulaciones y dolor de cabeza, además de una debilidad total que se mantuvo al menos por tres días, logrando superarla con paracetamol y vitaminas.

 

Otro punto a destacar es que todos los integrantes de esta familia ya habían pasado por uno y hasta dos contagios previos de COVID-19, mostrando que las reinfecciones constantes son posibles, ya que uno de los miembros ha superado el virus en cuatro ocasiones desde que inició la pandemia.

 

En resumen, el dolor de cabeza, de garganta, tos, cuerpo cortado y algunos episodios de fiebre son los síntomas más frecuentes del COVID-19, malestares que con un tratamiento médico adecuado y que se siga al pie de la letra desaparecen entre tres y cinco días, sin dejar secuelas graves como al inicio de la emergencia sanitaria.

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