Así le faltaron el respeto al himno nacional en la pelea del “Canelo”

Así le faltaron el respeto al himno nacional en la pelea del “Canelo”

Foto: Twitter

Este sábado, el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez se enfrentó al boxeador de Kazajistán, Gennady Golovzky, en la revancha de este pleito que ya se ha convertido en una verdadera rivalidad debido a las condiciones similares de estos pugilistas.

 

Como cada pelea se hizo un show previo donde se incluyeron los himnos nacionales de cada país, donde el mexicano recibió la habitual falta de respeto de la que nadie habla, pues en su interpretación se violaron leyes estipuladas en la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional.

 

La encargada de interpretar el himno fue la cantante Carolina Ross, quien sin pista musical de por medio cantó nuestro himno de una manera que pese a que no es mala, si va en contra de las leyes establecidas desde el pasado 8 de febrero de 1984.

 

 

De acuerdo con esta ley, el canto, ejecución, reproducción y circulación del Himno Nacional deberán apegarse a la letra y música que se establecen en la misma y su interpretación siempre debe llevarse a cabo de forma respetuosa y en un ámbito solemne. Además, está prohibido hacerlo con fines de publicidad comercial.

 

He aquí el primer problema visto el sábado pasado, pues la intérprete le cambió el estilo a la letra, haciéndola con falsetes incluidos y dejando de lado la esencia marcial de esta melodía, algo que se ha visto en otras ocasiones, pero sin que alguien diga algo.

 

Aunque no se hizo directamente, durante el himno se aprovechó el momento para fines comerciales. Y es que en la transmisión se mostraron marcas y se mostró la publicidad que estaba alrededor del ring, algo que se pudo evitar como en otros deportes.

 

 

Y es que si recordamos los juegos oficiales de la Copa del Mundo de futbol, en los himnos nacionales se enfoca en las cámaras a jugadores y afición entonando el himno, sin darle entrada a la publicidad estática de los estadios y sin que esta aparezca en las transmisiones.

 

Las sanciones pueden ir desde una amonestación pública hasta una multa de 10,000 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) o incluso un arresto de 36 horas. Situación que en la mayoría de las ocasiones pasa de largo en las autoridades, que seguramente tampoco emitirán sanción en esta ocasión.

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