La empresa de biotecnología Neuralink está bajo investigación federal debido a posibles violaciones a las leyes de bienestar animal, pues muchos de sus trabajadores han denunciado que el ritmo acelerado de sus pruebas provoca sufrimiento y muertes innecesarias de animales.
Actualmente, la empresa, que es propiedad de Elon Musk, está desarrollando un chip cerebral cuyo objetivo es ayudar a personas con parálisis a recuperar la función motora y tratar enfermedades neurológicas. La investigación federal comenzó hace unos meses luego de una solicitud de un juez de California a raíz de las denuncias de un grupo que defiende los derechos de los animales.
Algunos informes señalan que desde 2018, la empresa ha sacrificado aproximadamente 1,500 animales durante sus experimentos. Esta cifra no indica necesariamente que Neuralink esté violando las normas o prácticas estándar de investigación.
Muchas empresas usan animales con frecuencia para diversas pruebas con el fin de mejorar la salud humana mientras se enfrentan a presiones financieras para sacar sus productos al mercado lo antes posible.
Habitualmente, los animales son sacrificados cuando se completan los experimentos, a menudo para que puedan examinarse “post mortem”. Las regulaciones de Estados Unidos no especifican cuántos animales pueden utilizar las empresas en sus estudios, además, dan un margen significativo a los científicos para determinar cuándo y cómo usarlos.
A pesar de esto, empleados antiguos y actuales de Neuralink aseguran que la cantidad de animales muertos es más alta de lo necesario debido a las presiones de Elon Musk para acelerar el progreso de sus investigaciones.
Estas presiones condujeron a muchos ensayos fallidos y en lugar de solucionar esos errores, la compañía lleva a cabo nuevas pruebas en sucesión. Los ejecutivos de la organización aseguran que solo recurren a los experimentos con animales cuando se terminan las otras opciones, pero los documentos y quejas internas indican todo lo contrario.
