El mundo enfrenta caída en la cantidad de espermatozoides debido a estos 5 factores

El mundo enfrenta caída en la cantidad de espermatozoides debido a estos 5 factores

Foto: Pixabay

En los últimos 50 años la concentración de espermatozoides liberados por los hombres durante la eyaculación ha sufrido una caída de 51 %. Esto ha sido revelado durante una investigación elaborada por la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, y en la escuela de medicina del Monte Sinaí, en EU.

 

De acuerdo con BBC News, los investigadores calcularon que en la década de los 70, los hombres contaban con un promedio de 101 millones de células reproductivas por mililitro de semen, cifra que ha caído a 49 millones en los años recientes.

 

El estudio también muestra una reducción en la calidad de los gametos masculinos, pues el porcentaje de células aptas para entrar al óvulo ha sufrido caídas considerables en las últimas décadas.

 

"Lo que más impacto tiene en lo que vemos es la pérdida de movilidad de los espermatozoides. Sin ese atributo, disminuye la capacidad de fecundación", explicó Moacir Rafael Radelli, vicepresidente de la Asociación Brasilera de Reproducción Asistida.

 

 

Por otro lado, asegura el médico Eduardo Miranda dijo: "se trata de algo preocupante, porque vemos un aceleramiento en ese empeoramiento y no sabemos bien dónde pueda parar". En este sentido, se determinó que la rapidez con la que los hombres pierden espermatozoides se ha incrementado en los últimos años.

 

El estudio muestra que entre los años 1970 y 1990, la concentración de gametos caía un 1.16 % anualmente, mientras que a partir de la década de los 2000, esa tasa subió a 2.64 %, más que el doble. Los expertos han identificado al menos cinco causas para este fenómeno, que son:

 

Obesidad

 

Contar con kilos de más trae una serie de desventajas para los espermatozoides, pues el crecimiento del tejido adiposo, que lleva al aumento de peso, libera sustancias que afectan directamente la producción de testosterona, una de las hormonas más importantes en la producción de gametos masculinos.

 

"De la misma manera, el individuo obeso presenta más gordura en la región genital, algo pésimo para los espermatozoides", explicó Miranda. Los testículos, encargados de la producción de espermatozoides, deben permanecer entre 1 y 2 grados por debajo de la temperatura del organismo para funcionar correctamente, debido a eso, la bolsa escrotal está fuera del cuerpo.

 

El aumento de peso provoca un sobreesfuerzo en los órganos reproductores, que dejan de operar como se espera.

 

Abuso de sustancias

 

Las drogas como el alcohol, cigarrillos, vapeo (uso de cigarrillos electrónicos), marihuana, cocaína, esteroides anabólicos, entre otras, afectan la salud de los gametos masculinos. "Algunas de estas sustancias dañan directamente las células germinales, que dan lugar a los espermatozoides", resume Miranda.

 

Algunas de ellas actúan de manera indirecta, dañando la producción de hormonas encargadas de estimular el trabajo de los testículos, uno de los ejemplos más comunes es el reemplazo de testosterona mediante pastillas, geles o inyecciones.

 

 

Cuando esta hormona entra al cuerpo de manera indiscriminada, el organismo entiende que ya no es necesario producirla naturalmente, por lo que los testículos pueden atrofiarse y el conteo de espermatozoides en el semen termina en cero, condición conocida como azoospermia.

 

Infecciones de transmisión sexual

 

Algunos padecimientos como la clamidia o gonorrea, causadas por bacterias, pueden provocar la inflamación del epidídimo, que es una estructura conectada a la parte superior de los testículos y responsable de almacenar el esperma, por lo que una alteración ahí pone en riesgo a los gametos.

 

La OMS señala que solo en 2020, hubo 129 millones de nuevos casos de clamidia y 82 millones de gonorrea entre hombres y mujeres, taza que ha ido creciendo en los últimos años.

 

Computadora en tu regazo

 

Estudios recientes han señalado que el hábito de colocar una computadora portátil en el regazo es un peligro adicional para la producción de espermatozoides, pues la batería del dispositivo se calienta y los testículos requieren estar a una temperatura de entre 1 y 2 grados por debajo del resto del cuerpo.

 

Esto también aplica en el caso de las largas duchas en bañera con agua caliente o jornadas largas en saunas. Algunas investigaciones recientes sugieren que las ondas electromagnéticas, las señales telefónicas e incluso el internet inalámbrico podrían tener efectos negativos en la producción de gametos.

 

Interruptores endocrinos

 

Finalmente, los expertos han alertado sobre una serie de compuestos tóxicos conocidos comúnmente como interruptores endocrinos. Esta lista incluye contaminantes detectados en la atmósfera, al igual que plásticos y diversos pesticidas.

 

Estas moléculas tienen una estructura similar a las hormonas de nuestro organismo, por lo que logran encajar en los receptores celulares, causando procesos no deseados que podrían afectar la fertilidad masculina.

 

 

Además de estos factores ambientales y conductuales, los investigadores afirman que hay otros dos factores que influyen en la caída de esperma. El primero tiene que ver con la genética, pues se estima que entre el 10 y el 30% de los casos de dificultad para tener un hijo tienen que ver con un problema en el ADN masculino.

 

El segundo, está relacionado con la edad, pues los hombres están buscando la paternidad cada vez más tarde. "Sabemos que la capacidad fértil va disminuyendo a lo largo de la vida. Aunque la disminución en los hombres no es tan pronunciada como en las mujeres, hay una reducción de hormonas que son importantes para la fabricación de gametos", indicó Radaelli.

 

De acuerdo con los expertos, para reducir los riesgos, aquellos que deseen tener un hijo deben hacer algunos cambios en su estilo de vida, revirtiendo los procesos nocivos para los testículos.

 

Es importante llevar una dieta equilibrada y tener actividad física regular, evitar el alcohol y otras drogas, así como utilizar preservativo cuando el sexo sea recreativo, con el objetivo de prevenir infecciones.

 

En caso de que la dificultad para tener un hijo persista, a pesar de llevar a cabo todos estos cambios, es necesario acudir con un especialista.

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