Tranq, la potente combinación de drogas que sigue creando “zombis”

Tranq, la potente combinación de drogas que sigue creando “zombis”

Foto: Unsplash

La xilazina es un sedante veterinario no opioide y pese a que su uso no está aprobado para consumo humano se ha vuelto muy popular en las calles de Estados Unidos, ya que al combinarlo con otras sustancias como la heroína y el fentanilo da lugar al tranq, una potente droga que está causando un aumento en el número de muertes por sobredosis.

 

Su principal uso se aplica en la medicina veterinaria para procedimientos quirúrgicos de corta y larga duración, así que es usado como sedante con un corto periodo de analgesia y relajante muscular para bovinos, caballos, perros y gatos. 

 

La xilazina como depresor del sistema nervioso central puede llegar a provocar somnolencia y amnesia, reducir el ritmo respiratorio y cardiaco, así como la presión arterial a niveles muy bajos en caso de no tener una correcta administración.

 

En humanos, el consumo de tranq o también conocida como droga zombi, está relacionada con la aparición de ulceras cutáneas y abscesos, que en caso de no ser tratados derivan en la descomposición del tejido blando provocando que las áreas en contacto con jeringas creen una costra negra que se extiende a diferentes partes del cuerpo hasta que la putrefacción las desprende.

 

Esta sustancia suma cientos de muertes a la crisis de sobredosis y aunque no es un producto nuevo, pues su consumo ya se había detectado hace años en el mercado de Puerto Rico, tuvo una reciente incursión al país del norte mediante el mercado negro de Filadelfia, de acuerdo con un estudio sobre la dependencia de drogas y alcohol publicado en 2022.

 

De acuerdo con diversos estudios, la propagación de la xilacina comenzó en productos adulterados, es decir, gran parte de la población que probó o se volvió adicta a esta sustancia lo hizo sin el conocimiento del activo. Su distribución comenzó con la mezcla de distintos opioides como el fentanilo, la cocaína, la heroína, benzodiacepinas, el alcohol, gabapentina, metadona y narcóticos recetados con el objetivo de aumentar los efectos eufóricos.

 

Las personas que suelen utilizar esta sustancia lo administran en forma de inyección, ingestión o inhalación. Es importante mencionar que en el 98 % de las muertes por sobredosis de xilancina se encontró la presencia de opioides de fabricación ilícita. 

 

Su consumo ha llamado la atención al generar un aumento del 2 al 26 % de las muertes por sobredosis entre 2015 y 2020. Su impacto se ha extendido a regiones como Maryland que en 2021 reportó que 19 % de las muertes por sobredosis fueron gracias a esta poderosa mezcla.

 

Al igual que con otros narcóticos, en caso de una sobredosis es recomendable administrar una dosis de naloxona, aunque al no ser un opioide, no tiene efecto sobre las alteraciones en la respiración, lo que aumenta las probabilidades de muerte.

 

 

El tranq puede ser confundido con otras drogas como el krokodil, popularizada en 2010 en Rusia, al presentar patrones similares de consumo, permanencia en el cuerpo, que es de 2 horas, así como de descomposición en la piel. Sin embargo, la principal diferencia radica en su composición.

 

Mientras su el krokodil es una combinación de la codeína, analgésicos y componentes derivados del petróleo como las sales de baño, el tranq solo basa su composición en los opiáceos.

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