
Científicos de la Universidad de Harvard, Universidad de Chicago (EU), Universidad de Cambridge (Reino Unido) y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza), han formado un equipo de investigación con el objetivo de avanzar en el "entendimiento de la aparición de la vida, su evolución temprana y su lugar en el espacio".
Esta iniciativa lleva por nombre Federación sobre Orígenes y estudiará los aspectos fundamentales de lo que es la vida y cómo se forma. Para lograr esto, los científicos explorarán los procesos químicos y físicos de los organismos vivos, además de las condiciones favorables para albergar vida en otros planetas.
Esta iniciativa fue anunciada el pasado sábado en la reunión de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) en Washington D.C.
Al respecto, el astrofísico suizo Didier Queloz, líder de la iniciativa y ganador del Premio Nobel de Física en 2019 por el descubrimiento de un exoplaneta, aseguró que "la vida está incrustada en las leyes de la física del universo", aunque considera que a una escala mayor, se trataría con formas simples de vida, pues las civilizaciones desarrolladas serían extremadamente raras.
"A medida que uno adquiere más conocimientos, resulta más fácil la autodestrucción. Quizás nos esté esperando una especie de día del juicio final", señaló.
Por otro lado, la profesora Emily Mitchell, de la Universidad de Cambridge, habló sobre la aparición de los primeros microbios en la Tierra hace 4,000 millones de años, destacando que, en caso de que se encuentren las bioformas extraterrestres, es decir, cualquier cosa que sea evidencia de vida pasada o presente, los científicos podrían llegar a conclusiones importantes.
"Mientras empezamos a investigar otros planetas, a través de las misiones a Marte, las biofirmas podrían revelar si el origen de la vida y su evolución en la Tierra es o no es un feliz accidente o parte de la naturaleza fundamental del universo, con todas sus complejidades biológicas y ecológicas", dijo.
Finalmente, Kate Adamala, de la Universidad de Minnesota, explicó que "la química está ansiosa por crear vida, pero crear una vida inteligente es mucho más difícil, además, permanecer vivo como una forma inteligente podría ser realmente desafiante".
En este sentido, Queloz cree que las civilizaciones extraterrestres, de existir algunas, podrían haberse autodestruido con su avanzada tecnología.