Los carteles mexicanos, ¿son de verdad terroristas?

Los carteles mexicanos, ¿son de verdad terroristas?

Recientemente resurgió el debate en torno a la definición de los carteles del narcotráfico mexicanos como células terroristas en Estados Unidos. Si bien, estos grupos criminales son un problema de seguridad que va más allá del territorio nacional, lo cierto es que no se contrasta con lo que implican los verdaderos terroristas a nivel mundial.

 

El Congreso estadounidense se ha empeñado en varias ocasiones en que las organizaciones criminales de la droga sean enlistadas como terroristas. Esto se motiva principalmente por la falta de resultados del gobierno de México para combatirlos de manera efectiva, así como el constante contrabando de sustancias dañinas como el fentanilo hacia este país, lo que ha causado miles de muertes al año.

 

Aunque hoy en día el debate está en discusión de los representantes, pero el tema surgió con más profundidad en 2019. El 4 de noviembre de ese año se llevó a cabo la masacre de la familia LeBarón, en el estado de Sonora. Esta se perpetró a manos del crimen organizado y, al ser ciudadanos americanos, semanas más tarde el otrora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que los carteles deberían ser incluidos en el decálogo de agrupaciones terroristas.

 

Más tarde, en 2021, el gobernador del estado de Texas, Greg Abbot, urgió a Joe Biden a hacer la misma clasificación por los riesgos que suponen a la seguridad para los estados fronterizos.

 

El país vecino del norte tiene diferentes formas de clasificar a estas agrupaciones y, para determinar y luchar contra organizaciones terroristas a nivel internacional, el encargado es el Departamento de Estado. Por otra parte, el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) es la instancia cuya tarea es la atención al terrorismo en suelo norteamericano.

 

Hay al menos tres definiciones bajo las cuales se puede hacer la determinación, aunque pueden ser generales para que el dictamen final se tome más con bases políticas que de seguridad.

 

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La primera es del Departamento de Estado, donde lo definen como una asociación que ejerce violencia premeditada y motivada por fines políticos, cuyos blancos son personas que no están en combate (civiles, militares fuera de servicio o desarmados). Afirman que también tienen entre sus propósitos generar influencia sobre audiencias determinadas. Por otra parte, el Departamento de Defensa describe el terrorismo como el uso calculado de la violencia o amenazas de violencia para difundir miedo o coaccionar las acciones de un gobierno, así como para intimidar a las sociedades con fines políticos, ideológicos o religiosos.

 

Finalmente, el FBI dicta que el terrorismo es el uso ilegítimo de la fuerza y violencia contra las personas y las propiedades para amedrentar a un gobierno, la sociedad civil o un sector específico. De igual manera, remarcan que los objetivos son políticos o sociales.

 

Por su parte, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) despliega una serie de características de las que los sectores terroristas se valen para reclutar a nuevos adeptos. Estos utilizan los nuevos medios digitales para llegar a personas cada vez más jóvenes, además de que los clanes de medio oriente incitan a los prospectos a cambiar el sitio donde radican, principalmente para mudarse a países en conflicto como Irak, Siria y cada vez más a Libia.

 

La Interpol señala que existen grupos dedicados a la financiación y el reclutamiento de más personas, aparte de la planificación y ejecución de sus actividades para sembrar miedo.

 

Hay ciertos rasgos que comparten cárteles y terroristas, uno de ellos es la forma en que se las han ingeniado para reclutar nuevos integrantes. Como se dijo anteriormente, la Interpol ha detectado la nueva forma de enganchar a los jóvenes, algo parecido a lo que se ha registrado en México. Ricardo Mejía Berdeja, antiguo titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que el crimen organizado usa los videojuegos de multijugador en línea para tener acercamiento con usuarios, esto con el móvil de unirlos a sus filas con la promesa de ganar dinero fácil.

 

 

De igual forma, Berdeja explicó en su momento que las redes sociales también son otra área de sondeo para atraer a adolescentes, aprovechándose de la poca vigilancia de los padres.

 

Las múltiples definiciones comparten el símil de tener como objeto la influencia política o social para obtener más adeptos de índole religiosa o ideológica, todo valiéndose del uso desmedido de la fuerza para concretar sus fines. Los narcotraficantes, aunque comparten estas y otras similitudes, no implican un movimiento político que busque dominar sectores más allá de sus actividades, ilícitas sí, en la venta de armas o estupefacientes, por lo que la categoría como grupo terrorista no sería adecuada.

 

Además, no buscan algún tipo de supremacía como sí lo pretenden grupos como el Estado Islámico. El lineamiento supondría un atentado a la soberanía del país por la intervención de otras fuerzas extranjeras, en suma, las relaciones económicas y diplomáticas se verían mermadas por llamarlos así.

 

En contraste, uno de los principales argumentos para considerarlos terroristas es la vertiente de que la intervención estadounidense se usaría para combatir una fuerza que ha sobrepasado las capacidades del gobierno mexicano.

 

Aunque sus acciones son similares a las de otros grupos, hay organizaciones que han destacado a nivel mundial por su fuerza, número de muertes causadas, dominio en algunos territorios o fortunas amasadas. Al Qaeda es uno de los más famosos en los últimos años. Se fundó en 1988, en Pakistán, por Osama Bin Laden, como una célula paramilitar yihadista y terrorista. Su traducción es “La Base” y, después de años, se extendió a más regiones del medio oriente, Europa del este, Asia y el norte de África. Al Qaeda fue el autor de los ataques a las Torres Gemelas y más puntos de Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001.

 

Por otra parte, en Afganistán surgió el régimen talibán en 1994 y tiene su origen en las escuelas del Corán. Llegaron al poder en el país después de anunciarse como una solución a los conflictos que se venían arrastrando en más de una década. La disputa por el territorio es dispar, ya que desde su dominio de la capital, Kabul, los mayores opositores son los pequeños grupos étnicos como los turcos, uzbekos o los religiosos chií. Se calcula que entre 2013 y 2017 fueron responsables de más de 19,000 muertes.

 

Asimismo, el Estado Islámico es una agrupación a nivel mundial, pero que tiene sus raíces en Irak. También son yihadistas fundamentalistas que están apegados a las doctrinas del Islam Suní. Estos se han caracterizado por el uso de armas químicas para sus cometidos contra las fuerzas de seguridad iraquíes, con las que han matado a más de 300 soldados. En total han ejecutado 5,665 atentados y terminaron con la vida de 32,280 personas entre 2013 y 2017.

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