Árboles, mucho más que sombra en la ciudad

Árboles, mucho más que sombra en la ciudad

Foto: Enfoque

La integración de la naturaleza en entornos urbanos es una prioridad en las grandes ciudades de todo el mundo debido a los beneficios que conlleva. Sin embargo, no se trata solo de plantar árboles, ya que para aprovechar todas las repercusiones positivas también es importante contar con una buena planificación urbana.

 

En Puebla, el árbol de hule y los fresnos son dos especies endémicas que se encuentran distribuidas en parques y zonas verdes. Sin embargo, la mayoría de la flora que cubre la capital ha sido introducida, es decir, se trajeron especies de otras regiones para adaptarse, como los álamos, las palmeras y los laureles.

 

La introducción de estas especies no representa un riesgo para los demás árboles, ya que existe un dictamen que respalda su plantación. En caso de querer introducir una nueva especie, el ayuntamiento cuenta con el Código Reglamentario Municipal, que especifica la necesidad de contar con un estudio elaborado por especialistas en manejo de arbolado para obtener la correspondiente autorización.

 

 

Los árboles en las ciudades son fundamentales

 

Los árboles desempeñan un papel fundamental en las ciudades. Más allá de mejorar la imagen urbana y proporcionar sombra, funcionan como excelentes reguladores naturales de temperatura. Gracias a su sombra y a la liberación de vapor de agua por sus hojas, pueden reducir la temperatura ambiental entre 2 y 8 grados centígrados.

 

Sin embargo, para lograr estos resultados, es necesario ubicarlos estratégicamente. Por ejemplo, los árboles que se colocan alrededor de los edificios pueden reducir la necesidad de aire acondicionado en un 30 por ciento y disminuir las facturas de calefacción en un 20-50 por ciento durante el invierno.

 

Diversos estudios reportan que vivir cerca de espacios verdes urbanos y tener acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental al reducir la presión arterial y el estrés. Además, los árboles grandes son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire, ya que los atrapan en sus hojas y corteza.

 

 

Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kilogramos de gases contaminantes por año y también tiene la capacidad de regular el flujo de agua, desempeñando un papel clave en la prevención de inundaciones y la reducción del riesgo de desastres naturales. Un árbol de hoja perenne maduro puede interceptar más de 15,000 litros de agua al año.

 

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los árboles en las ciudades también ayudan a aumentar el valor de la propiedad en la que se han plantado, llegando hasta un 20 por ciento, además de atraer turismo y negocios.

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