¿Se podía prever Otis?

¿Se podía prever Otis?

Se cumplió una semana de que el huracán Otis tocó tierra y conforme pasa el tiempo se revelan más datos de su poder destructivo, pero también de las extrañas características de su desarrollo. Es preciso explicarlas para que podamos entender mejor estos fenómenos y no sean utilizados la manipulación política.

 

Otis fue la 15º tormenta de la temporada del Pacífico, de acuerdo con los datos históricos fue la segunda tormenta de mayor intensidad y la más intensa en haber tocado tierra. El huracán Patricia (2015) ha sido el más intenso (vientos de 325-356 Km/h) pero se debilitó poco antes de tocar tierra.

 

Los datos meteorológicos confirman que Otis tuvo un desarrollo irregular. Su antecedente está en un área de baja presión formada frente a las costas de Guatemala el 15 de octubre. El día 18 había avanzado hasta el Istmo de Tehuantepec pero a una distancia considerable de tierra. El día 22 a las 15 horas se convierte en depresión tropical y a las 21 horas aumenta a tormenta tropical por lo que ya se le asigna el nombre correspondiente previsto en la lista de 2023. El día 23 avanzaba al norte de forma débil. En la mañana del día 24 el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) advirtió sobre una “intensificación acelerada con carácter de inminente”, explicada principalmente por una reducción de la diferencia de la velocidad de los vientos del sureste y unas aguas oceánicas bastante elevadas de hasta 31 grados.

 

Los modelos matemáticos del CNH predecían que la tormenta tropical se intensificaría ese mismo día a huracán categoría 1 con vientos máximos de 150 km/h y que tocaría tierra después de las 6 de la mañana, esa fue la alerta que se envió. No hubo ningún modelo matemático que predijera lo que iba a ocurrir. A las 9 de la noche del 24 de octubre el CNH emitió la alerta que Otis ya era categoría 5 (270 km/h), a las 12:25 de la noche impactó en Acapulco. Es decir, la alerta más temprana de categoría 5 se emitió en Estados Unidos 3 horas antes del impacto. 12 horas antes del impacto, el escenario de simulación proyectaba sólo un huracán categoría 1. Por lo que Otis es el huracán de más rápida intensificación en el Pacífico y en el mundo.

 

Los archivos del CNH son públicos, de acceso gratuito y se archivan casi en tiempo real, es relativamente fácil consultarlos, ¿por qué la oposición no los consultó y prefiero lanzar un ataque coordinado con muchos medios de comunicación culpando al gobierno de López Obrador de no haber alertado a tiempo? La intención fue clara: lucrar políticamente con la tragedia, es de las cosas más ruines que los conservadores han hecho.

 

Otis ha mostrado un fenómeno que se repetirá constantemente, diversos artículos científicos han pronosticado una reducción en el número de huracanes y tormentas tropicales por temporada, pero un aumento considerable en la intensidad, algunos modelos señalan que al menos 30% de los huracanes será categoría 4 y 5 y tendrán intensificaciones rápidas. Una intensificación acelerada como la de Otis se debe al fenómeno del Niño, un huracán se forma cuando un sistema de baja presión (masas de aire caliente) hacen contacto con aguas oceánicas cálidas, entre más cálidas estén más intenso es el huracán. El Niño es el fenómeno del calentamiento del océano sobre su temperatura promedio.

 

De acuerdo con cifras oficiales, la reconstrucción de los municipios de Guerrero costará 60 mil millones de pesos, unos 3.5 mil millones de dólares, cifra 100 veces menor al daño ocasionado por Katrina. El número de muertes, por fortuna, también es mucho menor. No se trata de conformarnos, pero es necesario comparar los efectos de otros huracanes y dimensionar lo que nos ha pasado a nosotros para separarlo de los efectos políticos (Ver gráfica 1.)

 

 

Elaborado con datos del National Hurricane Center, US.

 

Lo que no se puede separar son las causas económicas: el calentamiento global es antropogénico, es decir, generado por la acción humana, se ha acelerado desde la industrialización; el modo de producción-consumo capitalista es responsable del grave deterioro ambiental que provocará huracanes más intensos. Por otro lado, son las personas más pobres las más vulnerables al cambio climático y eso también quedó demostrado con Otis, las viviendas con materiales endebles, las que se ubican en zonas de alto riesgo: en la montaña o en las barrancas fueron las más afectadas y serán, lamentablemente, las ultimas en recuperarse.

 

Acapulco es un producto cruel del capitalismo neoliberal: una ciudad con una gran desigualdad y pobreza extrema, resultado de una intensa explotación turística, que como modelo económico sólo ha beneficiado a unos cuantos a costa de la degradación de la naturaleza (construcción de hoteles y restaurantes en zonas no permitidas) y la gentrificación con su consecuente especulación de la tierra y aumento del precio de la vivienda desplazando a los habitantes más pobres hacia cinturones periféricos de miseria. Este momento de reconstrucción debe llevarnos a todos, incluida la comunidad científica, a una intensa reflexión de nuevas normas de vida para hacernos más resilientes frente al cambio climático.

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

 

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

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