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La refinería de Cadereyta localizada en la ciudad mexicana de Monterrey (norte) fue clausurada este viernes debido a que el personal de la planta procesadora de crudo de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) se negó a colaborar en una inspección para verificar las emisiones contaminantes.
"Con el fin de llevar a cabo una inspección para dar cumplimiento a la orden de la Juez Segunda en materia administrativa, el equipo de la Secretaría del Medio Ambiente estatal acudió a la refinería de Cadereyta. Sin embargo, se les negó el acceso a pesar de la orden de la juez, por tal motivo se procedió a la clausura", indicó en un breve comunicado la cartera de Medio Ambiente del estado de Nuevo León, cuya capital es el polo industrial de Monterrey.
"Ante la negativa de la refinería de Cadereyta de colaborar y recibir al equipo de la Secretaría de Medio Ambiente, y debido a la ostensible y notoria emisión de contaminantes a la atmósfera, que afecta a la población, y conforme a la suspensión, esta mañana quedó clausurada la refinería", informó el Gobierno de Samuel García en un comunicado.
A mediados de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la alta contaminación en la zona metropolitana de Monterrey se debe a la gran cantidad de industrias en la región y no únicamente a la llamada Refinería de Cadereyta.
De las seis refinerías con que cuenta Pemex, Cadereyta procesa 130.000 barriles diarios de combustibles, colocada entre las tres principales en procesamiento de crudo del país, junto con las plantas de Tula (centro), y el puerto de Salina Cruz (sur), en costas del Pacífico.
López Obrador dijo que la contaminación es real en la zona metropolitana de Monterrey, donde viven 1,2 millones de habitantes. Sin embargo, acotó que, aunque se culpa a la Refinería de Cadereyta, "se puede probar (…) cómo la refinería cuida el no afectar y no violentar las normas, el apegarse a las normas que establecen las leyes".
