Ser emprendedora es un reto, pero deja muchas satisfacciones: Raquel y Gemma

Ser emprendedora es un reto, pero deja muchas satisfacciones: Raquel y Gemma

Foto: Imagen Poblana

Las mujeres se enfrentan a múltiples retos en su día a día, pero uno de los más recurrentes suele ser alcanzar la independencia económica, o más lejos, emprender y consolidar un negocio propio que perdure por décadas. Quienes lo logran, saben que hay una larga lista de dificultades que tienen que sortear, como el constante cambio y la división en otras áreas de la vida.

 

En entrevista con Imagen Poblana, Raquel Ávila y Gemma García, madre e hija, respectivamente, contaron cómo ha sido su vida a raíz de emprender su propio negocio, “Elegant Estética”, un negocio que ha pasado por generaciones. Asimismo, explicaron qué es lo que representa para ellas ser emprendedoras y qué es lo que deberían hacer otras mujeres para seguir sus sueños.

 

Raquel Ávila contó que inició el negocio a sus 14 años en la colonia San Manuel y actualmente está ubicada en Plaza Solé, en la esquina del circuito Juan Pablo II y Bulevar 18 sur. Se formó como contadora, pero optó por una segunda carrera para ampliar sus opciones a futuro, y la estética fue la alternativa que eligió y que terminó por marcar su vida.

 

“Se decía que es muy providencial, que normalmente quien tiene una estética no padece económicamente. Algo hay de cierto”, dijo Raquel entre risas al explicar el por qué eligió esta como su segunda carrera. Ella fundó la primera estética de la zona e incluso fue reconocida, algo que la ayudó a hacerse de sus primeros clientes, pero más importante, se hizo de reconocimiento.

 

Afirmó que desde un principio siempre tuvo una buena cantidad de clientes, en parte gracias a que era la única en el rumbo, pero también gracias a su habilidad y el trabajo que hacía. La gente nunca tuvo reparo en que alguien tan joven les hiciera un corte, pues de inmediato se daban cuenta de la calidad de su trabajo.

 

Elegant Estética no podría entenderse si no es como un negocio familiar, ya que Raquel dio sus primeros pasos junto a sus hermanas, pero en los años siguientes hizo lo propio con sus hijas, Gemma García y Patricia García. Al igual que ella, las dos tienen otra carrera, como contaduría y administración pública, pero su principal vocación es la estética.

 

Luego de trabajar en sus áreas de estudio, hace 23 años se unieron a Raquel en la empresa familiar. Sus primeros pasos, dijo, fueron los más emotivos, ya que a pesar de que tenían otros estudios, desde muy pequeñas estuvieron interesadas en la estética, ahí crecieron jugando, conociendo a los clientes y todo lo que rodea la rama, por lo que de grandes se formaron profesionalmente.

 

21 años después, juntas en el negocio, consideró que están en un buen momento para seguir creciendo, pues con sus dos opciones, la carrera universitaria y la de estética, es la mejor forma de seguir en progreso. Aconsejó a las mujeres que no se aventuran a emprender, a seguir sus sueños, aunque sea un terreno complicado, porque al final deja muchas satisfacciones.

 

“Que no se rindan. La mujer siempre ha sido luchadora y muy constante, y si la constancia la llevamos dentro de nosotras, como mujeres en un hogar o con los hijos, ¿por qué con un negocio no? Un negocio es como otro hijo, lo vamos cultivando, lo vamos educando hasta que triunfa”, aseveró Raquel.

 

Yo no fui de contadora a estilista, fui de estilista a contadora 

 

Por su parte, Gemma García explicó que tiene el título de contadora, en realidad nació, vivió y creció en la estética, por lo que esta es su primera carrera. Junto a sus hermanas, desde los seis años era habitual jugar en el salón de su madre, ayudarla en lo que fuera posible e incluso convivir con los clientes, por lo que este siempre ha sido su primer entorno en el que tuvo un inicio natural.

 

 “Cuando me preguntan, ‘¿por qué de contadora a estilista?’, les dijo ‘no, yo fui de estilista a contadora’. Gracias a la estética tengo una carrera, familia, ¿por qué? A nosotras nos dijeron, ‘con esta carrera no te quedas sin comer’. Puedes amanecer sin dinero, en la sala de tu casa cortas el cabello y ya comiste y comieron tus hijos”, dijo Gema.

 

Esto es algo que vivieron en carne propia, ya que su madre sacó adelante a cuatro hijos, su esposo enfermo y les dio casa, una carrera y todo lo que estuviera dentro de sus posibilidades. Si bien han tenido un andar exitoso, la realidad es que esta industria, como muchas otras, está llena de retos a los que se tienen que enfrentar todos los días.

 

Por ejemplo, dijo que lo usual es enfrentarse a competencia desleal, más opciones que cuando iniciaron, o bien, malas prácticas de parte de otros salones. Lo anterior, sostuvo, hace más difícil el progreso de ellas y otras emprendedoras, pero, sortear esto las motiva a sobreponerse y seguir adelante con lo que les apasiona.

 

Aun así, uno de los mayores retos fue el cambio de un negocio personal a mudarse a un centro comercial, donde tienen que adaptarse a otras normas y a sus condiciones, incluidas las económicas, así como a la dinámica de los clientes. Por otro lado, algo que hoy se ve es el avance tecnológico también en el estilismo.

 

Por ejemplo, detalló que en los 2000 en México, y más en Puebla, las planchas para el cabello prácticamente no existían. Ellas las empezaron a manejar porque, en un curso en Houston se las vendieron para empezar con esta práctica en la ciudad, pero con el paso de los años estas han ido cambiando y hoy incluyen un sin fin de aditamentos cada uno con funciones a las que se tiene que adaptar.

 

Del 2004 a la fecha, notó que estas ahora incluyen placas de oro, antibacteriales, de diamante, ionizantes, que cauterizan la cutícula y generan otro tipo de beneficios. De igual forma, las cremas de hoy se hacen basándose en tecnología de moléculas vivas y que cuidan el cabello, sólo por mencionar algo, pero es una muestra de que esta innovación también impacta en este negocio.

 

Ser emprendedoras, un reto que deja mucha satisfacción

 

Al preguntarle qué ha representado toda esta trayectoria, Raquel declaró que lo más notable para ella es haber enfrentado retos que superó, lo que le deja un gran gusto, pero sobre todo la gran satisfacción de sacar adelante a su familia con esfuerzo y trabajo y, al mismo tiempo, haber conectado con los clientes.

 

“A mí me hace sentir muy bien, muy orgullosa porque es una empresa de no uno o dos años, estamos hablando de que empecé a los 14 años, y a esta fecha sigo presente porque me agrada. No puedo abandonar a ese ‘hijo’ que tuve, que lo sigo teniendo y que lo sigo amando”, dijo Raquel.

 

En tanto, Gemma afirmó que para ella toda esta carrera en torno a la estética le ha dejado la misma satisfacción, haber empezado hace 22 años y seguir en constante formación. En suma, tener su negocio representa independencia de varias formas, desde lo económico hasta lo moral, sicológico y espiritual, pero también le ha dado lágrimas y risas.

 

“Mi consejo es no se dejen apagar por sus propios miedos, porque el entorno muchas veces te va a decir ‘no vas a poder’, pero lo más difícil es cuando te lo dices a ti misma y te lo crees y lo aceptas. Hay lágrimas, enojos y decepciones, pero jalas aire y dices ‘yo puedo y sigo adelante’, y sales adelante y lo logras”, sentenció Gemma.

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