Zaldívar y la agonía del totalitarismo

Zaldívar y la agonía del totalitarismo

Estamos ya en el último estertor del fracaso de Morena en el poder presidencial. El coletazo final de un sistema de mamarrachos que ya demostraron hasta dónde puede llegar en la hecatombe que no tarda en llegar. Todo por decir ser ellos los únicos poseedores de la verdad y de la salvación del pueblo.‎ ¡Dios nos guarde!

 

Véase si no es así, cuando el filósofo marsellés Jean- François Revel dio a luz su libro La tentación totalitaria y clavó la pica en Flandes. Habló de los sistemas que, disfrazados con tintes de izquierda, han demolido las libertades democráticas fundamentales, reunión, asociación, diálogo, respeto, elección y expresión.

 

Mares de tinta se han escrito desde hace medio siglo para justificar, desde el poder, las decisiones que pretenden derrumbar esos emblemas, sencillamente indispensables, y borrar del mapa las luchas históricas por obtenerlos.

 

Paniaguados y serviles de los establishments han sido señalados para siempre por sus oscuros objetivos. Pedirle a los llegados de Tepetitán que entiendan las condiciones del ejercicio democrático del gobierno es como pedirle a un dictador de la peor estofa que explique cuáles son los resortes que catapultan su fiereza.

 

La gobernabilidad que resultaría del buen gobierno fue tirada al caño. Hoy en México se rinde culto a todo aquello que atente contra el sentido común y contra el estado social y democrático de Derecho. Hablar del control interno, del respeto a los derechos humanos, de la independencia y de la soberanía sería pedir demasiado.

 

Se perdió el control emocional y el poco respeto que quedaba para el ejercicio digno del poder. No hay ya formas ni fondo. La felicidad prometida se convirtió muy pronto en amargura y en resentimiento. Las bravuconadas y dicterios ya perdieron su impacto inicial, al comprobar que los peores son premiados y que los justos son aplastados.

 

El exministro Zaldívar va contra la Corte

 

En esos estertores estamos cuando irrumpe en la escena cuatrotera el expresidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, para decir que el máximo tribunal es el último reducto de la oposición a la 4T.

 

Sin vergüenza de ningún tipo, quien ahora funge como escolta de Claudia Sheinbaum --¿guarura le quedaría mejor?-- no quiere que exista la oposición. Sólo “que siga la corrupc…, perdón, la transformación.”

 

Dijo así Zaldívar en un evento en el que la candidata oficialista propuso un peculiar programa de seguridad --que ni es chía ni es limoná-- que es muy claro que la Corte ha cambiado precedentes con la intención de actuar "contra la transformación que implica la 4T".

 

Y fue más allá:

 

"Ahora se dice que se puso en riesgo la independencia, lo que pasa es que el poder político, el poder económico, el poder mediático y el Poder Judicial siempre habían estado del mismo lado. 2018, cuando gana el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se cambian los lados, les queda como último reducto a la oposición el Poder Judicial y la Corte",

Y partidizado como él está, acusó al Máximo Tribunal de ¡estar partidizado!

 

Quiere el exministro expresidente que también la Suprema Corte sea cuatrotera

.

Él sí que da vergüenza.

 

Y reitero lo dicho:

 

Hoy en México se rinde culto a todo aquello que atente contra el sentido común y contra el estado social y democrático de Derecho.

 

Sólo ruido, venganzas y desesperación

 

La relación de respeto mínimo con los estados miembros de la Federación está por los suelos. Lastimados todos por las transferencias de fondos a modo para las obras faraónicas estrella, de las que pocos apuestan por sus alcances y motivaciones, excepto los sueños pueriles. Las entidades vagan por un callejón sin salida.

 

Lo único que quedó de la Cuarta Transformación fue sólo ruido, venganzas y desesperación. En el anecdotario chusco de las infamias pasó a formar parte de esas babosadas hirientes que definen un sexenio de tres meses. De carpa bufa, pletórico de dislates y despropósitos. Un gobierno más en la lista de los gobiernos decepcionantes y ridículos.

 

Durante cinco años han tratado de inocular en el imaginario colectivo la llamada sólo por ellos Cuarta Transformación, una especie de ilusión óptica que nadie supo a ciencia cierta qué fue. El feto nonato fue abortado desde antes de la pandemia, contra todo pronóstico de sus promotores, ocurrentes y desclasados.

 

La corrupción, presente en el ADN de la 4T

 

La Cuarta Transformación había prometido el parto de los montes, lo inédito. Parió puros ratoncitos. Desde ahora, los indeseables, dijeron, serán todos aquéllos que no tengan culpa, que no estén inodados, pues éste será el peor delito. Regresó La Corte de los Milagros de Ramón Del Valle-Inclán. Todos a la cárcel van, menos los que deberían haber ido hace meses. Tiempo perdido por la 4T.

 

Triunfaron la economía del relajo, la impunidad burocrática, la manera de hacer gobierno desde la ventaja, el cochupo o la amenaza de las bartolinas. Aquí, sólo pensar en grande, para ganar en grande.

 

Pero un gobierno que actúa para servir no sirve para actuar, ni para nada. Podría ser perfectamente la lápida sobre la tumba de esta catarata de palurdos. La corrupción formó parte del ADN de la Cuarta Transformación, el virus maléfico que azota sin piedad todas las estructuras de la confianza, de la integridad y de la vida.

 

México, en guerra civil no declarada oficialmente

 

El aumento exponencial del poder del narcotráfico, la masacre cotidiana sobre víctimas inocentes, una montaña que ya acumula en cinco años cantidades dantescas de cadáveres masacrados, torturados y ejecutados con sevicia, el avasallamiento de las garantías individuales y sociales, la rapiña desenfrenada, son producto de la corrupción endémica de los mamarrachos, cuyos ejecutores deberán ser juzgados sin miramientos.

 

Somos un país en medio de una guerra civil no declarada oficialmente. En lugar de cartuchos, hay mentadas de madre, igual o más letales. Si en la guerra se muere una sola vez, en este país se muere cotidianamente varias veces al día. El bando de la inconformidad crece incontenible, frente a un grupito de indeseables.

 

‎En sólo cinco años, México fue sometido a un proceso de depredación, arrase de sus activos, de sus recursos monetarios y presupuestales, al asesinato de sus conciencias lúcidas con cargo a nuestros impuestos, a la puesta del Banco de México a disposición de los criminales de metralleta y de cuello blanco, lavadores de dinero, terroristas y rufianes que de hoy en adelante tendrán los símbolos patrios a su resguardo.

 

El poco prestigio que nos quedaba ante el mundo ha sido arrastrado igual que ese tiliche arrugado que ya es la Banda Presidencial.

El supuesto poder presidencial es hoy un espejismo de mala nota, un florero en medio de la tragedia nacional, en medio de la hecatombe que está tocando a la puerta, que se sentará con placidez a tomar el café en nuestra sala.

 

Por eso el totalitarismo no sentará sus reales en el país.

 

Indicios

 

La aguerrida María Elena Pérez-Jaén, diputada federal del PAN, ya denunció ante la Fiscalía General de la República a Arturo Zaldívar por quedar expuesto a presuntos actos de corrupción, luego de que AMLO exhibió que éste le permitía intervenir en decisiones de la Corte. López Obrador, primero, lo negó. Pero como el tabasqueño no tiene una palabra, sino dos o tres para un mismo tema, en su matiné de este último miércoles volvió a hacer otra revelación que compromete su ética política. Habló de que, entre otros, en el caso del ex titular de la PGR Jesús Murillo Karam se reunió con solo con el servil Zaldívar, también con el “autónomo” fiscal general –no se ría-- Alejandro Gertz para decirles a ambos qué hacer. Y lo que les ordenó fue que lo refundieran en prisión donde hoy no debería estar por su edad y padecimientos. Todo en el marco del caso de los normalistas desaparecidos en Iguala, que hoy son una muestra más de cómo usó ese y otros asuntos de Estado sólo para hacer campaña electoral estableciendo compromisos que hoy no ha cumplido. * * * El “portazo” a Palacio Nacional sólo sirvió, como siempre, para que López Obrador se hiciera la víctima, ya no sólo de los presuntos intrusos, también de los organismos internacionales y nacionales que han acompañado a los familiares de los jóvenes durante ya casi diez años. Hizo hincapié en el senador Emilio Álvarez Icaza. Y éste, desde la Cámara Alta, lo responsabilizó de su seguridad y de la de su familia por las constantes mentiras que ha vertido desde sus matinés sobre él. * * * Y de-tin-marín, en la matiné subsecuente, la del jueves, inculpó al priísmo guerrerense de estar detrás del lanzamiento de la pick up en contra de la puerta de la calle Moneda. Y hasta a la alcaldesa panista de Álvaro Obregón, Lía Limón. Si no es Chana, es Juana. ¡Ya lo volvimos a perder! * * * Siguen los asesinatos de personajes ligados a la política. En Sinaloa, en el Estado de México cayeron dirigentes partidistas. * * * En sólo dos días la Marina Armada de México ha sufrido percances en dos de sus helicópteros. El miércoles, un Panther cayó en altamar frente a las costas de Michoacán con un saldo de tres efectivos fallecidos y dos desaparecidos. En la aeronave viajaban ocho elementos y tres fueron rescatados con vida. Este jueves, otro equipo aterrizó de emergencia en una zona de terracería al sur de Culiacán, en Sinaloa. Los pilotos realizaron esa maniobra luego de que las hélices impactaron con cableados eléctricos. * * * Igual que Pepe El Toro, Américo Villarreal es inocente. El fallo que despeja tooodo tipo de sospechas sobre el gobernador de Tamaulipas es el Máximo Juez de la República Andrés Manuel López Obrador. * * * Y por hoy es todo. Como siempre, mi reconocimiento por haber leído estas líneas y mis deseos sinceros de que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

 

 

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