El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, ha declarado que la lucha contra los edulcorantes será una prioridad en su administración. Enfocado en proteger la salud pública, el próximo gobernador subrayó el impacto económico de las enfermedades relacionadas con el consumo de edulcorantes. Según sus cifras, México gasta anualmente más de 150,000 millones de pesos en atender padecimientos derivados, como diabetes mellitus y complicaciones renales.
Por lo que, Armenta Mier insiste en que su consumo prolongado puede ocasionar serios daños al organismo, lo que abre preguntas clave: ¿qué son los edulcorantes? ¿Son realmente peligrosos?
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¿Qué son los edulcorantes y por qué están en el centro del debate?
Los edulcorantes son compuestos químicos diseñados para ofrecer dulzura con un contenido calórico mínimo o nulo. Dependiendo de su origen, se dividen en artificiales, como el aspartame, la sucralosa y la sacarina, usados en productos "light" o "sin azúcar", y los naturales, como la miel o la stevia que, por lo regular, se usan como endulzante de bebidas, y cada uno contiene sustancias específicas que los hacen altamente dulces.
Estos sustitutos se han popularizado como aliados para quienes desean reducir su ingesta calórica o controlar problemas como la diabetes. Sin embargo, el debate sobre su seguridad persiste, debido a las sustancias que los componen.
Tipos y qué productos los contienen
Naturales
Stevia: extraída de las hojas de la planta Stevia rebaudiana. Es hasta 300 veces más dulce que el azúcar y no aporta calorías, utilizado comúnmente en productos orgánicos
Jarabe de agave: proviene del agave, una planta nativa de México. Aunque es más natural, tiene un alto contenido de fructosa que puede afectar la salud si se consume en exceso. Se emplea como alternativa natural en cafés y postres.
Miel: aunque natural, sigue siendo un tipo de azúcar con alto contenido calórico.
Artificiales
Aspartame: una combinación de dos aminoácidos (ácido aspártico y fenilalanina) que es 200 veces más dulce que el azúcar y se utiliza en refrescos “light”, yogures y gomas de mascar. Ha sido objeto de múltiples estudios por su posible relación con problemas neurológicos, aunque sigue siendo aprobado por organismos internacionales como la FDA (Food and Drug Administration, que en español significa Administración de Alimentos y Medicamentos).
Sucralosa: un derivado del azúcar modificado químicamente con átomos de cloro que puede ser hasta 600 veces más dulce. Presente en bebidas y productos horneados, se comercializa bajo marcas como Splenda.
Sacarina: uno de los edulcorantes más antiguos, se produce a partir de una base de benceno y se emplea ampliamente en bebidas y alimentos de bajo costo, utilizado en productos como refrescos y medicamentos. Aunque fue controvertido en los años 70, los estudios posteriores han descartado su relación directa con el cáncer.
¿Cuáles son los más dañinos para el cuerpo?
Aspartame: puede causar dolores de cabeza, mareos y afectar el sistema neurológico. Es especialmente peligroso para personas con fenilcetonuria (PKU), un trastorno genético.
Sucralosa: provoca alteraciones en el microbioma intestinal y posibles compuestos tóxicos cuando se calienta a altas temperaturas.
Sacarina: relacionada con un mayor riesgo de cáncer de vejiga en estudios con animales, aunque los efectos en humanos no son concluyentes.
Entre los edulcorantes naturales, el jarabe de agave y la miel contienen altas cantidades de fructosa y calorías, lo que puede contribuir a problemas metabólicos si se consumen en exceso.
¿Por qué son polémicos?
La percepción general es que los edulcorantes son una opción “más sana” que el azúcar. Sin embargo, investigaciones recientes han arrojado dudas sobre su seguridad. Algunos estudios han encontrado que el consumo excesivo de edulcorantes artificiales puede:
- Alterar el equilibrio del microbioma intestinal, lo que podría afectar la digestión y el sistema inmunológico.
- Generar intolerancia a la glucosa, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2.
- Asociado con problemas metabólicos y obesidad, irónicamente, en personas que los consumen regularmente.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud señala que el consumo elevado de azúcar tradicional está relacionado con la obesidad, caries y enfermedades metabólicas, por lo que el debate no es entre "buenos" y "malos", sino sobre encontrar un equilibrio en su uso.
La clave está en la moderación
Aunque los edulcorantes pueden ser útiles para personas con necesidades específicas, como los diabéticos, su consumo debe ser limitado. La mejor alternativa para reducir el consumo de azúcar y edulcorantes es optar por alimentos frescos y naturales, evitando los productos ultraprocesados que contienen estas sustancias.