
Después de las elecciones extraordinarias del pasado domingo, se presentó una guerra de declaraciones entre los dirigentes estatales del PRI y del PAN. Néstor Camarillo, del PRI, acusó a la dirigencia del blanquiazul de haber pactado con Morena para entregarles la elección en Chignahuapan.
Según el dirigente priista, el PAN se negó a formalizar una alianza con su partido y, en su lugar, propuso una alianza de facto en Chignahuapan, donde el candidato del blanquiazul, Mario Olvera, se retiró de la contienda tres días antes de la elección y se unió a Morena.
Por su parte, el dirigente estatal del PAN, Mario Riestra, le respondió rechazando cualquier pacto con Morena y responsabilizó al tricolor de su propio declive electoral. Incluso, señaló que este instituto político está en vías de extinción, ya que ninguno de los últimos candidatos a gobernador milita ya en ese partido actualmente.
Y el dirigente panista no está nada alejado de la realidad, porque ya son muy pocos los perfiles otrora destacados de este partido que mantienen su militancia, pues el tricolor poco a poco pierde presencia en el estado.
La ex presidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz, es uno -sino es que el único- de los cuadros importantes del PRI que se mantiene vigente. Fue diputada federal en la pasada legislatura por la vía de la representación proporcional.
Uno de los personajes emblemáticos del PRI poblano es el exgobernador Melquiades Morales Flores, quien mantiene su perfil partidista como figura decorativa y sólo asiste a ceremonias en las cuales no tenga que intervenir políticamente.
Fiel a su estilo, el ex presidente municipal Enrique Doger coqueteó con Morena al asistir a varios eventos para apoyar a su amigo el senador Ignacio Mier Velasco. Sin embargo, aún hay quien se atreve a decir que Doger mantiene su militancia priista.
Lucero Saldaña, la exsecretaria del Ayuntamiento de Puebla en la pasada administración, mantiene muy discretamente su militancia en el partido que la llevó a ocupar numerosos cargos políticos.
El ex diputado local Pablo Fernández del Campo continúa dentro de las filas del priismo poblano, a pesar de sumarse en la pasada elección a la candidatura del actual dirigente estatal del PAN, Mario Riestra.
Entre los cuadros importantes que tuvieron un pasado priísta y que se sumaron a las filas del oficialismo, destacan el exsecretario de la SEP en la pasada administración, Jorge Estefan Chidiac.
De igual forma, el senador Ignacio Mier Velasco, quien alguna vez fue dirigente del PRI y fungió como secretario general del Ayuntamiento en la administración de Enrique Doger Guerrero.
La actual titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte, Silvia Tanús, renunció oportunamente antes de las últimas elecciones, tras militar cinco décadas en el PRI.
El caso más hilarante es el del actual presidente municipal de Puebla, José Chedraui Budib, quien tiene un pasado priista, pues fungió o fingió como presidente del Comité Directivo municipal del PRI.