El recorrido desconocido de los indicios recolectados en una investigación

El recorrido desconocido de los indicios recolectados en una investigación

Foto: Enfoque, FreePik

En cualquier investigación criminal, la recolección de indicios y evidencias es uno de los pasos más cruciales para esclarecer los hechos y dar con los responsables de un delito. Elementos como ropazapatos (como en el Rancho Izaguirre en Jalisco), huellas dactilares y objetos personales forman parte de las pruebas que, en el marco de la justicia, permiten reconstruir lo sucedido y, finalmente, llevar a cabo una sentencia.

 

Pero una vez recolectados, ¿qué pasa con estos indicios después de que se resuelve el caso?

 

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En situaciones como las que involucran a múltiples víctimas, como el caso del Rancho Izaguirre en Jalisco, donde se han encontrado evidencias de alto impacto —posibles casos de feminicidio y desapariciones forzadas—, la pregunta sobre el destino de estas evidencias se vuelve aún más relevante.

 

Al iniciar una investigación, los cuerpos de seguridad y las autoridades correspondientes se encargan de recolectar los indicios que puedan servir para esclarecer los hechos. La ropa, los zapatos y otros artículos personales encontrados en la escena del crimen son almacenados en bolsas de evidencia selladas y etiquetadas para evitar la alteración o contaminación de estos. En este proceso, cada objeto recolectado debe ser registrado y guardado en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado o en las áreas correspondientes de los cuerpos de seguridad.

 

Mientras se desarrolla el proceso judicial, las evidencias permanecen bajo custodia de las autoridades para garantizar su integridad y evitar que sean manipuladas o extraviadas. Los investigadores, fiscales y jueces pueden solicitar que se presenten para ser analizadas y utilizadas durante las audiencias o el juicio, dependiendo de su relevancia para el caso.

 

Por ejemplo, en un caso como el del Rancho Izaguirre, en el que se han encontrado elementos que podrían implicar a varios individuos en una red de crimen organizado, cada pieza de ropa o calzado podría contener pruebas cruciales como huellas dactilaresADN o incluso rastros de sustancias que ayuden a dar con los responsables. Estos indicios son cuidadosamente analizados y presentados ante el juez durante el proceso legal.

 

Una vez que se resuelve el caso y se dicta sentencia, el destino de las evidencias varía dependiendo de su naturaleza y relevancia en el juicio. Existen diferentes procesos legales que determinan qué debe hacerse con cada indicio recolectado:

 

  1. Devolución a los propietarios: Si las evidencias, como ropa o zapatos, pertenecen a las víctimas y no tienen relevancia como pruebas en el juicio, se pueden devolver a sus familiares. En algunos casos, los objetos personales pueden ser restituidos si se considera que ya no aportan más al proceso judicial y no han sido alterados.
  2. Destrucción de las evidencias: En situaciones donde las evidencias ya no son útiles para futuras investigaciones o no tienen valor probatorio, se procede a su destrucción. Esto se hace bajo supervisión de las autoridades y en cumplimiento de los lineamientos legales establecidos para evitar que las pruebas sean mal utilizadas o caigan en manos equivocadas.
  3. Conservación para casos posteriores: Algunos objetos, como prendas de vestir con huellas dactilares o ADN, pueden mantenerse en custodia durante un período largo, especialmente si existe la posibilidad de que puedan servir en otros casos relacionados o para nuevas investigaciones. Es común que las autoridades conserven estas evidencias para futuros análisis, especialmente en situaciones donde surgen nuevos indicios.
  4. Investigaciones en curso: Si el caso está en proceso de apelación o es parte de una investigación más amplia, las evidencias pueden ser conservadas y seguir siendo parte de la base probatoria.

 

El caso del Rancho Izaguirre, donde se han encontrado restos humanos y evidencia importante para esclarecer desapariciones y feminicidios, es un ejemplo claro de cómo las evidencias no solo son fundamentales para las investigaciones, sino también en su posterior destino.

 

La ropa y los objetos encontrados en el rancho, en muchos casos, pueden haber sido utilizados para identificar a las víctimas y llevar a cabo análisis forenses. Sin embargo, la controversia sobre su destino una vez concluido el juicio sigue siendo un tema delicado. Si bien parte de las pruebas recolectadas son esenciales para sentenciar a los culpables, otra parte será destruida si no tiene utilidad futura.

 

Es importante recordar que el destino de los objetos recolectados debe regirse por lo establecido en la ley para garantizar que no se viole la privacidad de las víctimas ni se utilicen de manera indebida. De igual forma, cualquier mal uso de las evidencias podría dar pie a la impunidad, lo que subraya la necesidad de mantener protocolos estrictos.

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