
El papa León XIV ofreció la primera misa de su pontificado. Durante la liturgia, cuestionó el declive de la fe frente a la búsqueda de bienes materiales o individualistas.
Al interior de la Capilla Sixtina, el sumo pontífice denunció que, en "muchos contextos", se antepone la fe a "otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer". Sin embargo, León XIV sostiene que la Iglesia debe ser "arca de salvación que navega a través de la historia, faro que ilumina las noches del mundo".
Además, el representante del apóstol Pedro en la Tierra señaló que, en la actualidad, "no faltan los contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre". "Y esto no solo ocurre entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados, que de ese modo terminan viviendo, en este ámbito, un ateísmo de hecho", dijo el Papa.
El 9 de mayo, Robert Francis Prevost Martínez, de 69 años, fue elegido el papa número 267 de la Iglesia católica, adoptando el nombre de León XIV. Se trata del primer pontífice de la historia procedente del país norteamericano, aunque también posee la nacionalidad peruana.
Su nombre fue anunciado por el cardenal Dominique Mamberti, quien desde el balcón de la Basílica de San Pedro pronunció la famosa fórmula latina Habemus Papam (Tenemos un Papa). Posteriormente, el pontífice se presentó ante los fieles por primera vez desde su elección y les deseó la paz, así como los instó a construir puentes de diálogo.
Su elección suscita mucha expectativa. Como sucesor de Francisco, León XIV asume el cargo en momentos en los que la Iglesia enfrenta una crisis de vocaciones, en medio de escándalos de agresiones sexuales al interior de la institución.
A lo anterior se suman los numerosos conflictos geopolíticos que aquejan al mundo, la crisis climática y el ascenso de las extremas derechas.