Elección judicial, con un abstencionismo histórico en puerta

Elección judicial, con un abstencionismo histórico en puerta

Foto: Freepik

Las estimaciones sobre el abstencionismo en las elecciones judiciales del 1 de junio, de acuerdo a datos recientes de encuestadoras, apuntan a una participación ciudadana muy baja, con proyecciones que oscilan entre 80 % y 90 % de personas que no votará en el proceso electoral. 

 

Por ejemplo, Mitofsky aplicó una encuesta a principios del mes pasado y los resultados arrojaron que 86.4 % de los encuestados no conoce el proceso para elegir a los miembros del Poder Judicial de la Federación, además, 59 % expresó poco o ningún interés en informarse sobre las elecciones, mientras que solo 39.9 % mostró cierto interés.

 

 

Estos resultados manifiestan una alta probabilidad de abstencionismo debido a la falta de información y desinterés generalizado.

 

Por su parte, en un mismo ejercicio aplicado por El Financiero, 54 % de los encuestados indicó estar poco o nada enterado de las elecciones judiciales, mientras que 43 % dijo estar algo o muy informado. Una tendencia que refleja una falta de conocimiento que podría traducirse en baja participación.

 

 

Konrad Adenauer Stiftung también aplicó este método y reportó que 63 % de los entrevistados considera probable que vote el 1 de junio, lo que implica un abstencionismo potencial del 37 % en el mejor de los casos.

 

Este porcentaje es optimista en comparación con las otras fuentes, ya que no aborda directamente el desinterés o la falta de información.

 

Sin embargo, el mismo INE proyecta una participación de entre 18 % y 20 %, es decir, que el organizador de esta elección judicial reconoce que habrá un abstencionismo de entre 80 y 82 %. Cifra cercana a las que publica TV Azteca, que hace estimaciones aún más pesimistas, con un abstencionismo de hasta 90 %, debido a la complejidad de las boletas, el desconocimiento de los candidatos y errores en el proceso electoral.

 

 

A diferencia de lo que sucede en una elección para elegir integrantes del poder ejecutivo y legislativo, donde un sinfín de encuestadoras lanzan múltiples resultados previos a la jornada electoral, en la elección judicial, sucede todo lo contrario y hay menos visibilidad o discusión al respecto.

 

La combinación de restricciones legales, un presupuesto reducido, desinterés de participación ciudadana, la complejidad del proceso, falta de competencia en muchas boletas, controversias políticas y la dificultad para informar a la ciudadanía ha ocasionado este panorama.

 

¿Qué pasaría sí la participación es muy baja? 

 

Si el abstencionismo es la figura principal en la elección del 1 de junio, no se invalidarán los resultados y los jueces electos asumirán sus cargos sin impedimentos formales. Sin embargo, política y socialmente, una baja participación sí alimentaria las críticas sobre la legitimidad del proceso, debilitaría la confianza en el Poder Judicial y exacerbaría la polarización.

 

La percepción de un sistema judicial politizado o poco representativo podría tener consecuencias a largo plazo, especialmente en un contexto de controversia sobre la reforma. El impacto en la credibilidad del proceso será significativo, especialmente si se percibe que el proceso favoreció a candidatos afines al oficialismo o a grupos de interés.

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